A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección |
COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |
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LA LITOGRAFÍA EN CUBA Y LOS ESTADOS UNIDOS |
CUBA |
Respecto a cual de los dos es el introductor oficial de la nueva técnica en la Isla, cierta leyenda apunta al primero de ellos, aunque realmente no se sabe a ciencia cierta, si bien parece que ambos iniciaron sus trabajos de litografía en la Isla casi al mismo tiempo, el primero en Santiago de Cuba y el segundo en La Habana.
Existe un gran consenso en afirmar que el primer taller litográfico de Cuba fue fundado por Santiago Lessier. Es así que en el otoño de 1822 vemos su taller ya establecido en La Habana, calle Compostela esquina a la de Amargura; allí se editó la publicación El Periódico Musical, razón por la cual, el taller era conocido en aquellos tiempos por las denominaciones: Imprenta Litográfica de Música de Santiago Lessieur, Litografía de La Música, o a veces, más sencillamente, Imprenta Litográfica o Litografía de la Habana, y así se la menciona en los muchos anuncios que aparecen en la prensa periódica de la época entre 1822 y 1828, además de ilustraciones en diversos libros publicados en esos años.
Lessier cerrará su taller en 1829, falleciendo en 1848, en la misma tierra cubana que le acogió. Por aquellos años, el también francés Luis Caire funda, en 1827, otra imprenta conocida como Imprenta Litográfica Habanera dedicada fundamentalmente a la impresión de piezas musicales.
Isla de Cuba Pintoresca - Cojimar, cerca de la Habana.
Litografía de la Real Sociedad Patriótica de la Habana.
Album: Isla de Cuba pintoresca.
Autor:
Federico Mialhe. (44) |
Entre 1830 y 1838 se observa claramente un periodo oscuro, donde la litografía se estanca. En esta década la mayoría de los talleres litográficos han echado el cierre, los principales grabados de vistas de la ciudad y sus alrededores hechos en estos años se imprimen, como antaño, en Europa (con las viejas técnicas de grabado).
Como en el resto del mundo, la demanda de imágenes impresas aumenta de forma considerable, los suscriptores de las revistas de moda de la época reclaman imágenes litografiadas a todo color, que serán importadas desde Europa.
Habrá que esperar a finales de 1838 para poder vislumbrar la definitiva superación de este vacío y el consiguiente despegue imparable de la Litografía en Cuba, que se produce gracias a la inauguración, con apenas unos meses de diferencia, de dos importantes establecimientos:
Ambos talleres no sólo darán inicio al auge litográfico que a partir de entonces se producirá en la entonces colonia española, sino a la confrontación que en el campo de la comunicación gráfica acontecería también entre criollos y peninsulares. En pocos años se producirá un rápido crecimiento en la producción de imágenes litográficas en álbumes, revistas y finalmente en etiquetas y vitolas para adornar las labores de la pujante Industria Tabaquera Cubana.
Durante el primer tercio del siglo XIX, residieron en Cuba una pléyade de buenos artistas que dejaron su semilla cultural; aparte de las figuras ya mencionadas, podemos citar desde los pintores Giuseppe Perovani (1765-1835) y Juan Bautista Vermay (1784-1833), fundador, en 1818, de la Academia de San Alejandro, fotógrafos daguerrotipistas como Antonio Rezzonico y Esteban de Arteaga (primer fotógrafo cubano), hasta litógrafos como Alejandro Moreau.
A finales de 1938, la revista periódica cubana El Plantel, dirigida desde septiembre de 1838 por Ramón de Palma y José Antonio Echeverría, es la primera en utilizar en Cuba la litografía en una revista.
Será la Imprenta Litográfica de la Real Sociedad Patriótica de La Habana la encargada de imprimir las estampas (hasta entonces solo se había utilizado el grabado en madera o xilografía).
A finales de la década de 1840 se fundó la Litográfica de Luis Marquier, propiedad del francés François Louis Marquier, llegando a ser la imprenta litográfica más importante de esta época en Cuba. En sus prensas se editarían los trabajos de pintores y dibujantes de primer nivel, como Federico Mialhe Toussaint y Eduardo Laplante y Barcou.
Los Ingenios Litografía - Flor de Cuba |
Los ingenios - Litografía. Ingenio Armonía, Sala de calderas |
El pintor, grabador y litógrafo francés Federico Mialhe Toussaint (1800-1868) llega a Cuba sobre 1838, y pronto es contratado por su amigo Alejandro Moreau para trabajar para la Real Sociedad Patriótica de La Habana, de la que a la sazón era director.
El legado más importante de Mialhe fueron las colecciones de litografías: Isla de Cuba pintoresca, editado por la Imprenta Litográfica de la Real Sociedad Patriótica de La Habana y Paseo pintoresco por la Isla de Cuba, editado por la Litografía Española de los hermanos Costa. Se trata de testimonios gráficos de singular valía donde Mihalhe logró reflejar con gran maestría la imagen de la Cuba Colonial de su tiempo.
Entre otros objetivos, quería copiar e imprimir mediante la técnica litográfica los daguerrotipos realizados por Rezzonico a su paso por Cuba; dichas imágenes fueron finalmente incluidas la cuarta edición del álbum Isla de Cuba Pintoresca y publicadas en julio de 1841, constituyendo el primer encuentro de la incipiente fotografía con la imprenta. Mialhe estableció una estrecha relación con Marquier, que fructificó con la edición de numerosas estampas, entre otras: Viaje pintoresco alrededor de la Isla de Cuba, editado en 1848 y dedicado al Conde de Villanueva.
Hasta su salida de la Isla, en 1854, Mialhe sería una de las figuras intelectuales más relevantes del momento, llegando a ser profesor de dibujo y director de la Academia de Dibujo y Pintura de San Alejandro en La Habana.
Otra famosa y codiciada obra litográfica fue: Los ingenios. Colección de vistas de los principales ingenios de azúcar de la isla de Cuba, incluida en el famoso libro del doctor y escritor cubano Justo Germán Cantero. Se trata de una colección de litografías iluminadas, editadas en La Habana entre 1855 y 1857 en forma de fascículos por la Litografía de Marquier a partir de los dibujos del pintor, grabador y litógrafo Eduardo Laplante y Barcou, residente en Cuba desde 1948.
La colección consta de veintiocho estampas, diecinueve de ellas representan exteriores y nueve interiores de casas de caldera en los que plasma el desarrollo de la industria azucarera cubana.
En la actualidad es valorada como unas de las mas originales, bellas y esmeradas vistas panorámicas de la Isla y de una su industrias señeras (el azúcar), ofreciendo al lector excelsas e idílicas panorámicas litografiadas de las fábricas de azúcar, sus campos y entornos paisajísticos de la mano de este brillante pintor y litógrafo que fue Laplante.
En 1846 la Litografía de los Españoles o del Gobierno, de los hermanos Costa, absorbe a la Litografía de los Franceses. A partir de esta fecha, se puede apreciar obras con el texto a pie de página: Litog. del Gobierno y de la Real Sociedad Económica.
Así, a mediados del siglo XIX Cuba contaba con eminentes artistas gráficos (grabadores y litógrafos) y una pujante Industria Tabaquera, que había descubierto las ventajas de incluir bellas impresiones litográficas.
A partir de mediados de la década de 1840 con la producción de las espléndidas obras de arte en forma de habilitaciones en las cajas de cigarros puros.
Parece ser que el primero en utilizarlas fue el industrial tabaquero Ramón Allones con su marca La Eminencia. Más tarde, seguramente sobre 1860, aparecerían las vitolas, anillando y distinguiendo los internacionalmente codiciados cigarros habanos.
Allones fue el primero en introducir las vitolas de regalía, y el único que en aquellos tiempos comenzó a usar los envasados de lujo que tanto llamaron la atención en las mesas de los príncipes, reyes y emperadores europeos, y que en pocos años sería imitado por todos los fabricantes.
Pues bien, si Ramón Allones fue el pionero en colocar etiquetas litografiadas en las cajas de tabaco, Luis Susini con su marca La Honradez, fundada en 1853, sería quien demostrara un verdadero sentido comercial y publicitario en estas novedosas técnicas de mercado.
Con el paso del tiempo, y a medida que los avances tecnológicos de la litografía lo iban permitiendo, lograrán para sus apreciadas labores unas etiquetas o estampas litográficas de gran colorido, con magníficos relieves y dorados, a fin de dotarlas de mayor protección contra imitaciones y fraudes, además de una buena presentación.
Arriba, La moda.
Abajo Un Guagiro. Litografías impresas por la Real Sociedad Patriótica de la Habana para la revista "El Plantel". |
Así, en 1861 se introdujo la primera máquina de cromolitografía. Cuatro años después, en 1865, se importaba de Francia una máquina patentada por E. Gaiffe tipo grabador eléctrico y conocida como "Magneto-Electrique Machine". Gaiffe llegó a Cuba con el ingeniero francés Lalande para montarla, mantenerla y enseñar su uso a los técnicos cubanos. Esta curiosa máquina funcionaba por electricidad y permitía al dibujante y artista el poder dibujar en la piedra sus propios diseños sin necesitar el concurso de grabadores o expertos litógrafos dibujantes. (44)
En 1881, el portugués Alfredo Pereira Taveira introduciría la Fotolitografía, y dos años más tarde el mismo Pereira implantaría el Fotograbado.
Finalizada La Guerra de los Diez Años (1868-1978), se produce un florecimiento económico fruto del cual se intenta racionalizar y controlar la continua aparición de marcas de habanos con una resolución oficial del gobierno cubano sobre Marcas y Patentes que obligaba a los fabricantes a presentar oficialmente las "habilitaciones" que sus marcas iban a incorporar en sus labores tabaqueras. Así, han llegado a nuestros días codiciados libros de registro donde se recopilaban dichas habilitaciones junto con datos sobre las marcas a registrar como nombre del fabricante, fecha de registro y demás descripciones y datos anexos.
Muchas de estas litografías de marcas cubanas fueron encargadas a imprentas europeas y norteamericanas, aunque en su mayoría alemanas, pues fueron ellos quienes estaban permanentemente a la vanguardia de los avances en las técnicas litográficas. Un buen ejemplo de ello fue la aparición a finales de la década de 1880, de prensas especializadas en efecto relieve, que dotaría a los adornos (medallas, bordes, etc...) de las impresiones de mayor profundidad y efecto tridimensional. También mejorarían el acabado final con una nueva pasada por la prensa para incorporar "pan de oro", que a modo de tinta, dotaría a la obra de un toque de lujo, brillo y distinción. En algunos casos, se llegó a utilizar oro de 24 quilates.
La INDUSTRIA TABAQUERA encontró en la LITOGRAFÍA un aliado de primera magnitud, siendo un hecho constatado por estudiosos e historiadores que el desarrollo de la Litografía en Cuba estuvo en gran medida asociado al auge de dicha Industria. Para ampliar información, consultar los capítulos relacionados:
Hablamos de aquellas míticas marcas cubanas y de sus fundadores, verdaderos pioneros de la Industria Tabaquera Cubana, muchos de ellos españoles o descendientes de españoles un día emigrados a Cuba desde Canarias, Asturias, Cataluña o Galicia, atraídos por la pujanza de un negocio en continua expansión. Para ampliar información ver capítulo de Grandes Tabaqueros Cubanos y la emigración española a Cuba. Contemplando sus vitolas y habilitaciones, podemos admirar su gran belleza y su capacidad para ilusionar y evocar aquellos tiempos gloriosos del buen tabaco habano torcido por verdaderos maestros, auténticos artistas en su oficio. Por todo ello, en nuestros días, constituyen raros y codiciados objetos de colección en cualquier país del mundo. Algunos de esas míticas marcas y hombres son:
Partagas (1845 - Jaime Partagás y Rabell), Romeo y Julieta (1875 - Inocencio Álvarez), La Corona (1845 - Perfecto López), Por Larrañaga (1834-Ignacio Larrañaga), H.Upmann (1844 - Hermanos Hupmann), Cabañas y Carvajal (1818 – Francisco Álvarez Cabañas), El Águila de Oro (1864 - Gustavo Bock), La Eminencia (Ramón Allones), Henry Clay (1850 - Julián Álvarez y J.A. Bances), La Escepción (1865 – José Gener y Batet), José Luis Piedra (1880 - Los hermanos Vicente y José Luis Piedra Sánchez), Flor de Cuba (1860 - Manuel Valle Fernández), El Cetro (1882 - Antonio Fernández García), El Ámbar (1882 - Genaro Álvarez), La Antigüedad (1850 - Pedro Álvarez), La Africana (1844 - José Ruiz), La Intimidad (1840 - Antonio Caruncho), La Lolita (187x - Menéndez y Suarez; 1891 Cándido García), J.S. Murías y Cia (1880s - José Suarez Murías), Por Larrañaga (1834 - Ignacio Larrañaga), Sol (1837 - Marcelino Borges), El Edén (1890 - Calixto López), La Rosa Aromática (1880s - Antonio López y González), y un larguísimo etc.
En la última mitad del siglo XIX, dado el aumento de la demanda de todo tipo de trabajos litográficos, proliferarán los talleres gráficos basados en esta técnica. Además de la Litografía del Gobierno y Real Sociedad Económica, se establecen muchos otros, entre los que merece la pena destacar: (45)
La CompaÍa LitogrÁfica de la Habana (C.L.H.)
Como resultado de diferentes crisis y altibajos del mercado del cigarro, la Guerra de Independencia Cubana seguida de la intervención norteamericana, y sobre todode la irrupción de los grandes trust en la industria tabaquera de la isla, se produjo una lucha encarnizada entre estos trust y los industriales que no se doblegaron a ellos, resistiendo las presiones y amenazas de todo tipo que estos grandes grupos económicos ejercieron para que les vendieran sus fábricas; eran llamados coloquialmente "los independientes".
Ante este duro escenario, la industria litográfica se vio en la necesidad de incrementar su volumen y solvencia financiera para afrontar tales cambios y poder competir con ellos en igualdad de condiciones. Para ello, era imprescindible abordar un proceso de concentración empresarial, que culminaría en diciembre de 1906 con la fusión de tres de los más importantes talleres de litografía: Rosendo Fernández Gamoneda, Manuel García y la Litográfica Habana Comercial, para constituir la Compañía Litográfica de la Habana, que hasta bien entrado el siglo XX, seguiría utilizando profusamente la piedra caliza como matriz en la mayoría de sus trabajos litográficos relacionados con el tabaco, sobre todo en los de mayor tamaño, como las habilitaciones de cajas de puros habanos.
Durante los primeros veinte años de funcionamiento se trabajó en varios talleres de pequeño tamaño, hasta que en 1926 construyeron un moderno y bien equipado edificio donde centralizaron todas sus instalaciones, en la calle Ayestarán nº 155.
Desde hacía bastante tiempo las imprentas europeas y norteamericanas habían comenzado una renovación tecnológica consistente en sustituir la piedra por metal, y también se comenzaba a aplicar la nueva técnica del offset.
Así, a partir de 1920, la Compañía Litográfica de la Habana, con bastante retraso, inicia el cambio tecnológico hacia dicha nueva técnica. Se conseguiría una mayor productividad con menor precio, pero simultáneamente se empeoría la calidad de las etiquetas litográficas salidas de sus prensas.
La edad de oro de la litografía artística había tocado a su fin, dando paso a la producción mecanizada, más económica pero de peor calidad, y desgraciadamente de menor belleza. Quedaba atrás el trabajo de aquellos artistas dibujantes, que con su lápiz litográfico trazaban sus diseños sobre la piedra caliza, de aquellos especialistas que con suma paciencia realizaban meticulosas pasadas (tantas como colores) por las prensas hasta conseguir la estampa o etiqueta litográfica terminada, que finalmente era rematada con dorados y relieves para dar el toque final al trabajo, todo ello para conseguir que la etiqueta distinguiera y garantizara con su belleza y lujosidad las mejores labores tabaqueras de la marca, y así presentarlos ante consumidores tan exigentes como Casas Reales, embajadores, políticos, militares, casinos, clubes sociales o deportivos, etc...
La Compañía Litográfica de la Habana ha seguido dando continuidad y prestigio a las artes gráficas cubanas, con la contínua aparición de grupos de artistas y técnicos cubanos que trabajan hoy en día en el campo de la litografía artística utilizando las antiguas piedras procedentes de su mítica Litográfica.
Como ejemplo, en la imagen que se presenta a nuestra izquierda podemos apreciar una preciosa etiqueta de caja de puros (vista) de la marca cubana "El Cetro", del tabaquero Antonio Fernández García, impresa por la Compañía Litográfica de la Habana. En ella Vemos al monarca Eduardo VII de Inglaterra y a su esposa la reina Alexandra, coronados en Agosto de 1902 como Reyes de Inglaterra, por lo que debió ser una de las primeras que salió de sus prensas.
ESTADOS UNIDOS |
En 1824, los hermanos Pendleton establecieron sus pioneros negocios de impresión litográfica en los Estados Unidos, importando de Europa piedras, prensas, artistas y artesanos, enseñando el oficio a multitud de aprendices. Uno de dichos hermanos, John Pendleton, se traslada a Filadelfia para establecer una tienda litográfica. Un alumno aventajado suyo, el joven Nathaniel Currier (1813-1888) le acompaña en su viaje. Como veremos, poco después montaría su propio negocio negocio.
En 1833 se traslada a Nueva York para abrir otra tienda litográfica, sin embargo, no considera rentable allí el negocio y se lo vende en 1834 a Currier y a un tal Stodart, que juntos forman la empresa Currier & Stodart. Al poco tiempo surgen desavenencias y se queda Currier con el negocio; de esta primera etapa hay pocas obras conocidas.
En 1857, se asocia con su amigo James Merrit Ives (1824-1895) y forma la empresa Currier & Ives, que se convertiría en la imprenta mas popular del pueblo norteamericano, pues lograron captar con sus estampas litográficas los principales acontecimientos del momento en EE.UU., llegando a publicar mas de 7.000 impresiones litográficas distintas que abarcan un periodo de 73 años.
La cromolitografía norteamericana se inicia en Boston. Allí varios profesionales de gran proyección aportaron importantes innovaciones en una escuela de realismo litográfico que logró una gran calidad técnica.
En 1840, el inglés William Sharp (1803-1875), pocos años después del descubrimiento de la cromolitografía por Engelmann, introduce la cromolitografía en América; la primera cromolitografía sería un retrato del reverendo F. W. P. Greenwood.
Otro gran innovador de la litografía fue John Henry Bufford (1810-1870), quien a partir de 1843 experimenta muy hábilmente con la cromolitografía, en la que a menudo usaba ya cinco o más colores.
Fue un hábil dibujante cuyas imágenes lograron un sorprendente realismo; sus meticulosos dibujos realizados sobre su piedra litográfica negra eran siempre obras maestras. Después de adiestrarse y trabajar en Nueva York en el periodo 1835-1840 con Nathaniel Currier, Bufford regresó a Boston donde sigue aprendiendo, esta vez con William S. Pendleton. Allí se especializó en impresos de arte, carteles, portadas e ilustraciones de libros y revistas.
En 1864, los hijos de Bufford se asociaron a su empresa, pero Bufford padre continuó con las responsabilidades de la dirección artística hasta su muerte en 1870. Las dos décadas posteriores a la muerte de sus fundadores constituyeron una etapa de descenso de calidad, reducción de precios y énfasis en novedades baratas hasta su cierre definitivo en 1890.
En 1847, el inventor americano y genio mecánico Richard March Hoe (1812-1886), patentó su modelo de prensa litográfica rotatoria que fue apodada prensa relámpago porque incrementaba seis veces más la producción en relación con las prensas de imprimir planas entonces en uso. Esta innovación dio un importante impulso a la competencia entre la litografía y las impresiones tipográficas.
En 1863 William Bullock (1813-1867) mejoraría la eficiencia de su prensa rotativa incrementando significativamente su velocidad y eficiencia, revolucionando la industria gráfica. Moriría, curiosamente, en un accidente laboral provocado por su propia prensa.
El Litógrafo Louis Prang |
No obstante, las gráficas populares de la era victoriana en EE.UU. encontraron a su más prolífico innovador en el emigrante alemán Louis Prang (1824-1909) que lleva a Litografía norteamericana a su cenit artístico e internacional.
Prang nació en Breslau, entonces Silesia Prusiana, aprende a fondo el negocio de impresión de telas de su padre y emigra a los Estados Unidos debido a una persecución política por haber participado en la revolución de 1848, llegando a Boston en 1850, a la edad de 26 años.
Sus conocimientos de química tipográfica, color, administración de negocios, diseño, grabado e impresión fueron de gran utilidad cuando en 1856 formó una empresa de cromolitografía con su socio Julius Mayer, pasando a denominarse Prang & Mayer.
Inicialmente, Prang diseñaba y preparaba las piedras y Mayer ejecutaba la impresión en una prensa de mano individual.
El colorido de los trabajos de la empresa de Prang los hizo muy populares y dio la posibilidad de desarrollar todavía más la empresa, donde ya había siete prensas cuando, en 1860, Prang compra su parte de la sociedad a Mayer y se hace con el 100% de la empresa, que pasa definitivamente a llamarse L. Prang & Company.
En 1873 crea la primera tarjeta de Navidad en los EE.UU., por lo que se le conoce como el padre de la tarjeta de Navidad en Norteamérica.
Prang fue el cromolitógrafo mas importante y de técnica mas depurada de los Estados Unidos. LLegó a realizar litografías en color de hasta 44 piedras. Fue también un gran investigador y pionero en técnicas complementarias a la litografía, que aportaban efectos especiales para dar un mayor realismo, como el repujado, la imitación de pinceladas, etc...
La litografía conservó en EE.UU. una herencia germana, pues tanto los artesanos sumamente calificados que preparaban las piedras para imprimir, como las excelentes piedras litográficas se exportaban desde Alemania a todas las naciones del mundo.
Los emigrantes alemanes llevaron a los EE.UU. su técnica inigualable y habilidades únicas en piedra litográfica de impresión, siendo los responsables de la mayoría de las litografías de calidad producidas en aquellas tierras, sobre todo las cromolitográficas a partir de 1860 hasta 1920.
Louis Prang - Original serie de cromolitografías procedentes de una serie de historia natural denominada "Animate Creación". |
FUENTES DE INFORMACION UTILIZADAS
(*) Libro: Cien anillas de calidad en la litografía tabaquera, editado en 1997 por D. Florencio Giménez Caballero y D. Manuel López Rodríguez.
(*) Revista A.V.E. números: 158, 312.
(*) Wikipedia.
(14) The Cigar Label Gazette – Stone Lithography, by Wayne Dunn http://www.cigarlabelgazette.com/backissues/specialissue.pdf
(25) Currier and Ives online galery http://currierandives.net/
(26) Lithographers Outside Philadelphia: John Henry Bufford http://www.library.upenn.edu/collections/rbm/keffer/buff.html
(27) Emotions Greetings Cards & Fine Prints – Louis Prang http://www.emotionscards.com/museum/louisprang.htm
(28) Louis Prang & Co. prints http://www.philaprintshop.com/prang.html
(29) Art Encyclopedia - Louis Prang http://www.answers.com/topic/louis-prang
(30) Universidad de Delavare – Lithography, Color printing in the XIX century http://www.lib.udel.edu/ud/spec/exhibits/color/lithogr.htm
(35) Cuba Literaria, artículo de la Dra. Zoila Lapique. http://www.cubaliteraria.com/autor/zoila_lapique/Fragmentos.htm
(36) Cuba, sus inicios fotográficos. Artículo en Opus Habana. http://www.opushabana.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=469&Itemid=43
(37) Cuba, La Jiribilla. Artículo Los laberintos del silencio. Tipos de la Imprenta La Marina de José Severino Bolaño. http://www.lajiribilla.cu/2001/n25_octubre/747_25.html
(38) Publicaciones periódicas e imprentas de La Habana entre 1824 y 1845 en los archivos cubanos y españoles (José María Aguilera Manzano) http://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php/estudiosamericanos/article/view/41/40
(39) Historias de América latina, El Guajiro, identidad cubana. http://www.hisal.org/index.php?journal=revue&page=article&op=viewFile&path%5B%5D=2005-8&path%5B%5D=33
(40) Estampas de Cuba, por María Argelia Vizcaino http://www.mariaargeliavizcaino.com/g-CojimarGuanabacoa.html
(41)
(42) Cuarenta años del taller experimental de gráfica de La Habana. http://www.galeriacubarte.cult.cu/g_texto.php?item=3&lang=sp
(43) Libro de oro hispano-americano - Cuba. 1917
(44) Cuba a pluma y lápiz, de Samuel Hazard. 1871
(45) CubaMuseo.com
(44) Universidad de Miami. Librería de colecciones digitales. Litografías de Federico Mialhe, paisajista y científico italiano, 1810-1881. Isla de Cuba Pintoresca.
(45) Cuba a pluma y lápiz: la siempre fiel isla. Autor Samuel Hazard. Capítulo X. Ed. 3ª, en castellano. 1873. Puede leerlo en Internet, en The Open Library.
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