| A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección | COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |  | 
| GRANDES TABAQUEROS - JAIME PARTAGAS Y RABELL | 
|  Retrato de Jaime Partagás y Rabell, óleo conservado en la fábrica Partagás,  La Habana | 
Es en uno de estos pujantes astilleros de la costa del Maresme catalán, Arenys de Mar, donde nace el 7 de diciembre de 1816 nuestro personaje, Jaime Partagás y Rabell, que llegaría a triunfar en los negocios tabacaleros gracias a su claro perfil comerciante e inteligencia para los negocios.
Sebastián Partagás y  Prat, el abuelo paterno de nuestro personaje, se estableció en  Arenys de Mar, procedente de L'Atmella del Vallés, para trabajar en su oficio de  sastre. La familia Partagás,  tenía su residencia y  próspero negocio de sastrería en una casa de  la calle d'Amunt número 15.
 
Se casa en 1877 con Paula Gras y Catarinéu y tienen un hijo, Jaime, que en 1815   casa a su vez con Teresa Rabell y Pallarolas, y de este matrimonio nacen dos hijos: Jaime y Sebastián. El primero de ellos,   nacido el 7 de diciembre de 1816, de nombre Jaime Partagás y Rabell, será  el importante tabaquero que  fundará en Cuba la mítica fábrica Partagás. 
En 1831, a la edad de 14 años, Jaime  Partagás Rabell, sale de su localidad natal, Arenys  de Mar, con destino a  Cuba, siendo registrada su  salida el  29 de julio de 1831 en  el libro de bajas del padrón de habitantes de Arenys. 
  LLega a la Habana  y comienza  su aprendizaje  en  los negocios relacionados con el mundo del tabaco bajo la tutela de Juan Conill y Pí. Este importante personaje, llegado a la Isla a principios de la década de 1800,  era por aquellos tiempos,  el más importante almacenista de tabaco en rama de  Cuba.
  Persona de enorme generosidad, constituyó un eslabón inestimable de unión entre Cataluña y Cuba,    
  ofreciendo   sus conocimientos y experiencias a jóvenes catalanes recien llegados, cargados  de ilusiones y ganas de trabajar  en busca de mejores oportunidades en la isla, llegando incluso a apoyarles  económicamente a  salir adelante con  sus iniciativas. 
  Juan Conill  acogerá, encaminará y tutelará los primeros pasos  de Jaime Partagás así como de otros muchos catalanes que llegarían a triunfar  en Cuba en el mundo del tabaco y en los negocios en general, como por ejemplo los nombres: Gener, Rabell, Roig,  Rivas, etc. 
Como la mayoría de los catalanes, de   perfil más    comercial   que     tabaquero, Jaime Partagás comienza a hacer negocios en asociación a  otro pupilo de Conill, Gerardo Martí, e inicia su negocio de tabaquería  en  un  modesto taller  artesanal  en régimen familiar o chinchal en  La Habana,   estableciendo  en 1840 el   primer almacén de tabaco en rama que tuvo la ciudad, en la   esquina de Cristo y Teniente Rey (*3).
|  Habilitación con las medallas obtenidas en su historia por la marca Partacás y Cia. | 
En 1845 funda su fábrica LA FLOR DE TABACOS   PARTAGÁS, en la calle Lealtad nº 44. 
  En ese mismo año de 1845,  adquierer  la finca Hato de  la Cruz, de sesenta caballerías de extensión, en el municipio de Consolación del Sur, provincia de Pinar del  Río, para cultivar su propia planta de tabaco. También   establece allí dos tiendas donde  los agricultores podían adquirir (a crédito) todo lo que pudieran necesitar para  sus hogares y el trabajo en el campo. 
  La fábrica de tabacos Partagás va viento en popa y al poco tiempo  se  convierte en un próspero negocio  con tanto  éxito que  en 1848, cuatro  años después de iniciar su aventura, decide registrar  su primera marca La Flor de Cabañas de Partagás y Cia., motivo  del pleito  con la familia Cabañas y González-Carvajal.
  Jaime Partagás y Rabell casó en el año 1846 con Catalina Puig y tuvieron cinco hijos, José (1847), Teresa (1849), Clementina (1851), Catalina (1853) y Adela (1854). 
 Parece ser que  Jaime  Partagás Rabell   solicita licencia para establecer su marca, y lo  hace especificando dos denominaciones: La Pureza y La Flor de Cabañas. En 1848 se le  concede   la licencia solicitada    pero sin especificar la marca aprobada, y ante la falta de concreción legal,   opta   por La Flor de Cabañas, con la finalidad de   explotarla al extranjero. Lo cierto es que  la marca La Flor de Cabañas estaba  registrada desde hacía bastante tiempo  a nombre de  Francisco Álvarez Cabañas,  conocido en los  negocios tabaqueros como Francisco Cabañas, pues  no utilizaba su primer apellido al menos en su actividad profesional. Manuel  González-Carvajal, yerno de Cabañas,  interpuso una demanda por usurpación de la marca, como propietario de la marca  y  representante de la familia Cabañas y González-Carvajal. Con ello, se iniciará  un largo  pleito   que duraría  cinco largos años y que finalizará  con la sentencia firme de obligar al acusado, Jaime Partagás y Rabell, a no usar  dicha  denominación para los productos que llevaba comercializando desde 1848. 
  
  En 1853, obligado por la sentencia condenatoria,  decide crear la que sería su famosa marca bandera La Flor de Tabacos de Partagás, cuya autorización y registro se concede en 1854, que llegaría a ser muy posiblemente  la marca de elaboración de tabacos,  cigarrillos y picadura  más famosa y conocida a nivel internacional.   Sus manufacturas de tabacos ganaron muy   pronto  prestigio internacional por su calidad y perfección, de forma que corría de boca en boca aquel  decir popular, convertida en frase publicitaria de "Partagás y nada más".
El 18 de junio de 1868 es herido gravemente de un disparo de trabuco en un lugar cercano a su finca de Hato de la Cruz. Jaime Partagás fallecería veintinueve días después del atentado como consecuencia del paulatino agravamiento de sus heridas, en un intento desesperado de viajar a la Habana con la terminante oposición de los médicos que le atendían. Como era previsible, sus heridas no resisten el viaje, falleciendo el 17 de julio de 1868 en casa de unos amigos, en la localidad de Pinar del Río.
El trágico suceso  conmocionó a Cuba entera. De las crónicas y declaraciones autoinculpatorias del  asesino a sueldo que le dispara,  el  negro libre Pedro Díaz, empleado  de una de las vegas de Jaime Partagás, se deduce  que se debió tratar de un asesinato por  dinero, por motivos no suficientemente aclarados, pero que seguramente debió provenir de enemigos   comerciales o personales relacionados con los negocios del tabaquero. A partir de aquí, se pueden hacer tantas cábalas o hipótesis como se quiera, pero quizás nunca se conozca  a ciencia cierta el autor intelectual del asesinato. 
  
Lo cierto es que Pedro Díaz fue encarcelado, juzgado y presionado  para que informara de la persona o personas que por los motivos que fuere le  podían haber inducido a cometer el  crimen. Siempre confesó que él  era el autor del atentado que costó la vida a Jaime  Partagás, pero jamás desveló los motivos. Pocos días después, Pedro Díaz  apareció muerto en la cárcel donde estaba recluido, considerándose el caso como cerrado. 
Como siempre suele ocurrir en estos casos,   Pedro Díaz fue la cabeza de turco y pagó  el crimen con su vida, sin que se pudiera conocer quien  estaba detrás del crimen. Se han barajado fundamentalmente dos  hipótesis:
El pleito con Manuel González-Carvajal .- 
El largo pleito mantenido durante cinco años con Manuel González-Carvajal entre los años 1948 y 1853,    tensó y endemonió demasiado las relaciones entre ambos grupos de poder, que a partir de entonces no  fueron buenas. El hecho es que  en el juicio contra  Pedro Díaz,  acusado del asesinado de Jaime Partagás se vertieron graves   acusaciones por parte de  la familia Crespo, por las que se afirmaba que fue el dinero de los Cabañas el  que financió la muerte de Partagás.  
Ciertamente, nunca se pudo demostrar la veracidad de tal acusación.
Las envidias y pleitos con sus vecinos de finca (Novel y Mato) .- 
Parece ser que en los terrenos de la finca, Hato  de la Cruz (Consolación del Sur), propiedad de Jaime Partagás y su socio  Gabriel Millet, se asentaban dos tiendas: La Atalaya y Vista  Alegre, que surtían de toda clase de material a los labradores y siempre  a crédito de las cosechas de tabaco. Estas dos tiendas lindaban con la  denominada Yaguey, propiedad del catalán Pedro Mato en sociedad con Ramón Novell, que sentía  celos comerciales por el éxito de las tiendas de Partagás que incidían  negativamente en su negocio. 
Lo cierto es que Mato sostuvo varios pleitos contra  Jaime Partagás, en uno de ellos en acusación pública, plena de rencor, le tilda  de mal padre y de acostarse con sus esclavas, también aduce que es mal esposo.  Es más que posible que de esta acusación  de Mato derive la fama  de mujeriego que tenía Partagás, y de que su  asesinato pudiera ser fruto de amoríos  en los barracones de los  esclavos.
Otras hipótesis más o menos creibles han circulado a nivel popular, como que fue el mismo Pedro Díaz por celos a causa de los ardientes amoríos que mantenía con su mujer. Lo cierto es que en el asesinato de Partagás, confluyen diversos factores coyunturales que, unidos a su dinero y posición de relevancia en la sociedad cubana del momento, dejan al descubierto las envidias, intrigas, luchas e intereses contra Jaime Partagás procedente de familias tabaqueras y de círculos personales muy próximos a él. Por si fuera poco, para aderezar algo más la situación, nos encontramos con los prolegómenos de la Guerra de los diez años, iniciada por Carlos Manuel de Céspedes en 1868 con el famoso Grito de Yara, en su finca de La Demajagua, que dieron lugar a múltiples venganzas y ajustes de cuentas a la sombra del poder omnipotente del ejército de voluntarios.
Al fallecer Jaime Partagás, se  hace cargo de la fábrica, su hijo mayor, José Partagás Puig, poco dotado para los negocios, que al poco tiempo ya demostraba  no ser lo suficientemente experto  para gestionar adecuadamente   una empresa de la  importancia de Partagás, por lo que   la compañía entra en pérdidas. Como consecuencia de ello se ve obligado a negociar un pagaré hipotecario por valor de 58.690 pesos con la garantía de sus vegas de Hato de la Cruz, con José Gener Batet,  que a su vez se lo endosa al banquero asturiano Juan  Antonio Bances Álvarez.
 
Ante el impago en la amortización del pagaré, se inicia un largo pleito pleito que comienza en  1880 con  un  acto de conciliación entre las personas implicadas: José Partagás Puig, Juan Antonio Bances Álvarez,  José Gener y Batet para evitar el embargo de la finca del Hato de la Cruz, que  en herencia había correspondido a Teresa Partagás,  segundo hijo de Jaime Partagás en el orden de descendencia.  Después de varios pleitos, el 23 de noviembre de 1880 se llega a un acuerdo entre  José Partagás y Juan Antonio Bances, por el que se otorga escritura de  retroventa o reserva a favor del vendedor del derecho a recuperar el bien  negociado, en este caso  la marca de tabacos Partagás y Cía según lo convenido  en escritura de 27 de julio de 1876. 
A este acuerdo recurren Teresa Partagás y  su esposo, alegando que sólo su hermano ha vendido la marca de tabacos y no la  de cigarrillos. El 22 de  septiembre de 1887  se condena a Teresa Partagás a "silencio perpetuo" y a pagar  las costas del juicio, que ascienden a 2.725 pesos. 
En 1887, Juan Antonio Bances y Álvarez, una vez ejecutada la sentencia, toma posesión de la fábrica con todos sus bienes asociados (terrenos, material en stock, clientes, etc.). En 1909, la vendería al también asturiano y candamés Ramón Cifuentes LLano, que con sus profundos conocimientos del sector tabaquero, su esfuerzo, constancia y valía profesional llevaría la Real Fábrica de Partagás y Ca. a la excelencia mas absoluta, hasta el punto de ser considerada por muchos expertos como la marca mas prestigiosa a todos los niveles.
De la época de Jaime Partagás, dado su antigüedad, existe escaso y raro material, tanto de vitolas como de habilitaciones, por lo que tenemos que llegar a la época de Bances o Cifuentes para encontrar piezas coleccionables.
PREMIOS OBTENIDOS:
Medalla de 1ª clase en la Exposición Internacional de Francia 1855 y Medalla de oro en la Exposición Internacional de París 1862.
FUENTES DE INFORMACIÓN. (*)
(*1)     Revista A.V.E. Grandes  Tabaqueros Página 73: Don Jaime Partagás y Rabell fundador de la Real Fábrica de Tabacos Flor de Tabacos Partagás y Cia. Autor: Florencio Giménez Caballero.
  Revista A.V.E. número 273 (sept. 1994): Incidencia catalana en el tabaco cubano. Autor Santiago Godó  Rodés con colaboración de Florencio Giménez Caballero.
(*2)    Cien anillas de calidad en la Litografía Tabaquera. Autores: Manuel López Rodríguez y Florencio Giménez Caballero.
(*3)    http://www.cubamuseo.com/Estampa/3-13-es
(*4)    Colección del autor.
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