A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección |
COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |
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LA SAGA DE LOS CABAÑAS Y GONZÁLEZ-CARVAJAL. LA MARCA HIJA DE GONZÁLEZ Y CARVAJAL |
Resulta complejo y a la vez apasionante, analizar con un mínimo de rigor histórico el fenómeno del surgimiento de la industria del tabaco en Cuba, que comenzando en los albores del siglo XIX, llegaría a su máximo exponente en la segunda mitad del mismo, con las prestigiosas y poderosas marcas tabaqueras cubanas y sus impresionantes fábricas habaneras.
Era la parte visible de un complejo entramado en el que la estrategia empresarial estaba frecuentemente asentada y amparada por un potente asociacionismo de clara procedencia regional común, con alianzas, pactos estratégicos, matrimonios de conveniencia, etc.
Según avanzaba el siglo XIX, el sector tabaquero fue tomando mayor relevancia a todos los niveles: económico, político y social, hasta convertirse en factor clave de la economía, extendiendo paulatinamente su esfera de intereses hasta convertirse en uno de los más poderosos grupos de presión, tanto en Cuba como en la propia metrópoli, allá por el último cuarto del siglo XIX.
La coherencia de sus acciones y la defensa de sus posiciones políticas en este tiempo hicieron expresar al Capitán General D. Camilo Polavieja en carta al ministro de Gobernación la siguiente frase, que corrobora la gran influencia y poder que este sector llegó a alcanzar: « No hay que hacerse ilusiones, esta agrupación es rica, fuerte, atrevida e influyente, y es quizá la más temible»
El comienzo de toda una dinastía de empresarios tabaqueros asturianos en Cuba da comienzo con el encuentro en La Habana de dos importantes personas: el cubano Francisco Álvarez Cabañas y el asturiano Manuel González-Carvajal y Fernández de la Buría.
Francisco Álvarez CabaÑas (*1), (*2),(*3), (*9) .- Nacido en Pinar del Río (Cuba) e hijo de un importante terrateniente de aquella zona, conocía perfectamente todo lo relacionado con el tabaco, por haberlo tenido siempre cerca en las grandes plantaciones de su padre, por lo que era un auténtico especialista en el estilo de elaboración de Vuelta Abajo.
Conocido en el entorno tabaquero como Francisco Cabañas, ya que no utilizaba su primer apellido en las transacciones comerciales, era un hombre de una gran experiencia en la actividad tabaquera.
Desde 1796 ya poseía un taller de tabacos torcidos (uno de los mas antiguos que se conozca), siendo muy conocida la calidad de sus tabacos, llamados popularmente Cabañas. En 1817, el Gremio de Tabaqueros le concede la autorización oficial para la venta de sus cigarros, convirtiéndose en establecimiento legal y en 1818 inscribe su marca formalmente, aunque hasta 1837 no fue creado el Archivo de Marcas de Tabacos y Cigarros.
En aquel año de 1818 aparecen registrados en el libro de Matrícula de la Habana dos talleres a su nombre: uno en la calle Guadalupe con 8 operarios y el otro en la Calzada de Jesús del Monte con 16; en esta época, estos talleres de tabaquería solían ser chinchales o explotaciones familiares de tamaño muy pequeño, por lo que estos debían de ser probablemente los mayores que existían en Cuba. Parece ser que fue la primera tabaquería de propiedad privada que se tiene conocimiento en toda la isla.
Contrajo matrimonio con una habanera de ascendencia canaria, Catalina Pérez Vázquez, con la que tuvo tres hijos: Francisco Joaquín, María Francisca de la Paz y María de Jesús. Hacia 1820 ya tenía una posición desahogada, pues además de sus negocios tabacaleros, había invertido capital en fincas urbanas y en 1827 compró un cafetal de medianas proporciones en el Partido del Wajay, cerca de la capital, donde contaba con una dotación de 55 esclavos.
Contrata a un joven asturiano, Manuel González-Carvajal, que al poco tiempo sería su socio y futuro yerno, como se verá a continuación.
Iglesia del Espíritu Santo, La Habana, donde en 1825 contrajeron matrimonio Manuel González-Carvajal y Mª Jesús Álvarez Pérez Cabañas. |
Bajo la sabia dirección de González-Carvajal, la prosperidad de la marca y fábrica fue incrementándose, así en 1833, sus productos manufacturados se comienzan a comercializar en Londres bajo la denominación Cabañas, a un precio que oscilaba entre 1 y 5 libras esterlinas, según su tipo.
El 14 de Agosto de 1848 quedó inscrita oficialmente su marca de tabacos HIJA DE CABAÑAS Y CARVAJAL, y concedida la licencia de apertura para su taller de tabaquería a Manuel González Carvajal (nótese cómo en la denominación de dicha marca, el apellido González-Carvajal ha perdido su primera parte).
La licencia fue anotada el mismo día en el libro de
Matrículas de la Sección de Industrias de la Capitanía General de la Isla y que se copia textualmente por la curiosa descripción que hace de él: (*1)
«...Concedo licencia a D. Manuel González Carvajal, natural de Asturias, de estatura chica, edad 45 años, color rosado, pelo canoso, frente regular, cejas al pelo, ojos azules, nariz y boca regulares, barba cerrada, para que en esta ciudad calle de la Lamparilla, nº 92 tenga un taller de tabaquería con los oficiales y aprendices necesarios, usando en los envase la marca de la vuelta, y observe lo prevenido en el bando de gobernación. Con la circunstancia precisa que el interesado ocurra a matricularse en la Sección de Industria y Comercio, presentándose con esta al comisario del barrio para que le anote y no consienta otros ramos ni trenes de industria o manufactura sin el permiso de este Gobierno. Habana, agosto 14 de 1848, Capitanía General de la Isla de Cuba ...»
Entre 1948 y 1853 mantuvo un largo pleito con el catalán Jaime Partagás Rabell por el uso de la denominación La Flor de Cabañas para la marca que Partagás llevaba comercializando desde 1848. Lo cierto es que la marca La Flor de Cabañas estaba registrada desde hacía muchos años a nombre de Francisco Álvarez Cabañas. Según Manuel González-Carvajal, su uso era fraudulento y perjudicaba gravemente sus intereses, por lo que D. Manuel, como propietario de la marca y representante de la familia Cabañas y González-Carvajal, interpuso una demanda por usurpación de marca. En 1853, Jaime Partagás obligado por la sentencia condenatoria, decide crear la que sería su famosa marca bandera La Flor de Tabacos Partagás.
Este largo y crudo pleito tensó y endemonió las relaciones entre ambos grupos de poder que, a partir de entonces no fueron buenas. El 18 de junio de 1868 se produce un grave suceso que conmocionó Cuba entera, Jaime Partagás es herido gravemente de un disparo de trabuco por un negro libre, Pedro Díaz, empleado de una de las vegas de Jaime Partagás, falleciendo pocos dias después, el 17 de julio de 1868, como consecuencia de sus graves heridas. En el juicio contra Pedro Díaz se vertieron graves acusaciones por las que se afirmaba que fue el dinero de los Cabañas-Carvajal el que financió la muerte de Partagás, aunque nunca se pudo demostrar la veracidad de tan grave acusación.
En 1851 con motivo de la Exposición Universal de Londres, concebida para mostrar los avances tecnológicos conseguidos en todo el mundo: maquinaria, productos manufacturados, esculturas, materias primas, etc. y que constituyó uno de los hitos mas importantes del siglo XIX, D. Manuel González Carvajal fue designado por la primera autoridad de la isla junto a otros conocidos hombres de negocios como Don Joaquín Ayestarán, Don Julián Zulueta y Don Juan B. Mitjans, para integrar la comisión que examinaría, clasificaría y remitiría los objetos que se enviarían a tan relevante evento.
Los productos tabaqueros de la fábrica Hija de Cabañas y Carvajal fueron premiados con la medalla de oro, incorporándose desde entonces dicha importante distinción a las vitolas y habilitaciones que garantizarían sus tabacos más selectos.
A partir de 1853 los negocios de Manuel González-Carvajal se amplían y diversifican, desbordando las rentables actividades de las manufacturas de tabaco, orientándose hacia otros sectores en boga en aquellos años como fueron las compañías de ferrocarril. Su actividad se deslocaliza, ampliando sus contactos y relaciones, sobre todo en Inglaterra y España.
En la península mantenía importantes vínculos con el Ministerio de Hacienda, siendo uno de los principales suministradores de tabaco cubano, por esa razón, el 2 de Octubre de 1853 se le nombró miembro de la Comisión responsable de reconocer el tabaco en hoja y elaborado que la Real Hacienda Española contrataba para el abastecimiento d el mercado nacional. Su saneada posición financiera llevó aparejada la realización de fuertes inversiones en distintos campos: Deuda Pública Española, acciones de ferrocarriles, préstamos a productores, acciones en la Renta Francesa, el Banco Español y el Banco del Comercio, , etc. En la península había comprado casa y terrenos en el Castillo y concejo de Soto y tenía inversiones en el ferrocarril de Bilbao a Tudela. Todo esto se constata a la vista del estado de cuentas que consta en su testamento, firmado al pie de cuenta por D. Juan Manuel Manzanedo.
Tuvo tres hijos: Francisco de Jesús, María del Carmen y María de Jesús. El 18 de diciembre de 1851 casaba a su hija mas joven, aún menor de edad, María de Jesús con D. Anselmo González del Valle y Fernández y, como veremos mas adelante, a su otra hija María del Carmen con su primo carnal D. Leopoldo González-Carbajal y Zaldúa, futuro Marqués de Pinar del Río .
ANSELMO GONZÁLEZ DEL VALLE y fernÁndez-roces.
Natural de Oviedo, nació el 20 de abril de 1820 (*10) como hijo legítimo de Juan Antonio González del Valle y Bárbara
Fernández-Roces García. Como veremos a continuación, este matrimonio es un buen ejemplo de los lazos familiares que unían a estas sagas empresariales:
Su madre era hermana de Manuel y Pedro Fernández-Roces García, dos pioneros de la industria del tabaco en Cuba desde 1820, a su vez emparentados con otra rama de la misma familia: Pedro y Antonio Fernandez-Roces Cimadevilla, primos directos de Anselmo, que a su vez eran tios de Pepín Rodríguez, principal dueño de la marca Romeo y Julieta en su segunda etapa.
Parece ser que también otro pariente suyo, esta vez por parte paterna, Francisco González del Valle, se había abierto camino en Cuba años atrás. (*11)
Pues bien, en 1840, un joven Anselmo viaja a Cuba con su tío Pedro María Fernández Villaverde y González del Valle, que como hombre de confianza, acompañaba al recién nombrado gobernador de Cuba, el general Jerónimo Valdés Sierra. Como curiosidad, decir que se trata del padre de Raimundo Fernández Villaverde, personaje que ocuparía varias carteras ministeriales y finalmente, en 1903, llegaría a presidir el gobierno del estado español.
Poco después de su llegada aparecen las primeras huellas de su presencia en el negocio del tabaco con la refacción de cosechas de vegueros (pagos al propietario) en la hacienda Las Lomas, (Vuelta Abajo) y el mercadeo de la hoja. E 1843 ya era dueño de la marca de tabacos La Integridad, conservándose facturas de compras de envases a su nombre y recibos de las producciones que con esta denominación entregaba a la Secretaría de la Superintendencia de la Isla para surtir las contratas de puros con destino a la Península.
El 18 de diciembre de 1851 se casa con Mª de Jesús de la Merced González Carvajal y
Cabañas, hija menor de Manuel González-Carvajal.
De nuevo, otro matrimonio de marcado carácter estratégico unía los intereses de dos grandes familias tabaqueras, aumentando las expectativas empresariales y garantizando un próspero futuro del negocio, con gran satisfacción del resto de empresarios asturianos que apoyaron la unión.
Al poco tiempo, Manuel introduce a su yerno en sus negocios, dándole amplia participación en la explotación de la marca-fábrica Hija de Cabañas y Carvajal, en idea de delegar progresivamente en él todos los negocios relacionados con el tabaco y ponerle al frente de los mismos, ya que, como veíamos anteriormente, D. Manuel González-Carvajal se había volcado en otros negocios financieros. Ambos invierten conjuntamente en la Empresa de Caminos de Hierro del Oeste, llegando a controlar entre los dos el 70 % de las acciones de la compañía.
En 1857 compra tierras al catalán D. José Gener en la cotizada hacienda Las Cruces de Vuelta Abajo.
Finalmente, el 6 de agosto de 1858, se formaliza la venta de la fábrica y marca HIJA DE CABAÑAS Y CARVAJAL a Anselmo González del Valle Fernández-Roces, acto realizado ante el notario Fernández de Castro, en virtud del cual quedaba disuelta la sociedad constituida por Maria de Jesús Álvarez Cabañas, Manuel González-Carvajal y Anselmo González del Valle para la explotación de la marca.
A partir de entonces, éste último queda como único dueño de la empresa por el precio de 150.000 pesos oro, que debía satisfacer en 10 anualidades de 15.000 cada una. El contrato incluía la fábrica con todos sus utensilios, materiales, rama y existencias.
Cuatro años después, en 1862, fallecía Manuel González Carvajal en su quinta residencial de la barriada del Cerro (La Habana), dejando a sus herederos una importante fortuna.
La testamentaría estipulaba el reparto entre la viuda María de Jesús Álvarez Cabañas y los tres hijos de ambos: Francisco de Jesús, Mª del Carmen, y Mª de Jesús, esta última esposa de González del Valle, percibiendo su viuda el total de las acciones, casas, esclavos, créditos, etc., y cada uno de los hijos una casa equiparable en valor a la suma que les correspondía.
Durante toda la década de 1860 y hasta su muerte, acaecida el 20 de noviembre de 1876 (*10), Anselmo González del Valle continuó prosperando en los negocios vinculados al tabaco, que incluían la explotación de importantes posesiones agrícolas, pero también en acciones de ferrocarriles, entidades de crédito y un largo etcétera.
Hacia 1870 había delegado la gerencia de sus bienes con amplios poderes al empresario asturiano y también tabaquero Manuel Prendes Hevia, a la sazón tío de Donato Argüelles del Busto, (el hermano de Ramón Arqüelles, ambos con negocios tabaqueros). Años después, este último junto con Pepín Rodríguez, serían figura clave en el éxito de la marca Romeo y Julieta como fundadores y principales accionistas de la empresa Rodríguez, Argüelles y Cia., propietarios de la prestigiosa marca Romeo y Julieta.
Solo a título de curiosidad, decir que Manuel Prendes era suegro del escritor, también asturiano, Armando Palacio Valdés.
Es de destacar que la fábrica Hija de Cabañas y Carvajal, dio trabajo a un buen número de asturianos vecinos de Colloto (la tierra de su madre), entre ellos al joven José Rodríguez Fernandez-Roces (Don Pepín), donde aprendió el oficio de tabaquero llegando a asumir la dirección comercial de la fábrica en 1888, cuando contaba tan solo veintidos años,.
Entre otros cargos de importancia, fue teniente de Alcalde de La Habana, siendo condecorado con la Orden de Carlos III (tenía tratamiento de "Excelentísimo Señor").
El matrimonio tuvo tres hijos, Anselmo y Martín González del Valle, González-Carvajal y María Mercedes, fallecida hacia 1863, a los seis años. El 30 de septiembre de 1.881, al fallecimiento de su madre María de Jesús González-Carvajal, en La Habana, heredarían la imponente fortuna que les correspondía legítimamente por herencia.
Ambos hermanos vivieron gran parte de su vida en Asturias. Por ello delegaron la administración de sus negocios insulares en otras personas, recibiendo las jugosas rentas de los bienes heredados de sus padres en la isla:
Por una parte quedó al mando su tío Leopoldo González-Carvajal y Zaldúa y un antiguo amigo de la familia, el tabaquero asturiano Julián Álvarez Granda. En los Directorios Mercantiles de la época existen referencias de que la manufactura y marca de tabacos quedó oficialmente a nombre de Leopoldo, probablemente en sociedad con sus sobrinos, los cuales vendieron, en 1877, la marca de cigarrillos a Diego González Suárez en 17.000 pesos oro.
Por otra parte, sus primos Pedro y Antonio Fernández-Roces, que siempre fueron hombres de plena confianza de Anselmo, a su muerte compraron una parte de las acciones de la tabaquera Hija de Cabañas y Carvajal, ocupando puestos importantes de su gerencia. (*10)
LEOPOLDO gonzÁLEZ-CARVAJAL Y ZALDÚA (*1), (*4), (*5) .- Nacido el 29 de Mayo de 1938 y bautizado el 31 de mayo del mismo año en la parroquia de San Nicolás de Bari de Avilés (Asturias), era hijo de Don Calixto González-Carvajal natural de Soto del Barco y Fernández de la Buría y Doña Flora Zaldúa y García-Barrosa, natural de Avilés. La familia regentaba una industria naviera y eran titulares de un establecimiento en la calle de la Ferrería en Avilés, dedicado a la importación y exportación de coloniales, por lo que su posición económica era desahogada y pudo ofrecer a su hijo Leopoldo una óptima formación académica en la Universidad de Oviedo en idea de aprovechar las inmensas oportunidades que le brindaba el favorable entorno familiar en Cuba, donde su tío D. Manuel González-Carvajal, hermano de su padre, al acabar sus estudios le reclamaría, incorporándole rápidamente en los negocios, pues contaba de antemano con una familia que formaba parte de la élite empresarial, con prestigio y relaciones suficientes para propiciar su rápido progreso en la gestión de los negocios de la saga familiar.
Al poco tiempo formaron ambos una sociedad mercantil para la explotación de la marca de tabacos Los dos Carvajales (el nombre de la marca prácticamente lo dice todo). El capital inicial de la sociedad fue de 8.000 pesos oro y corrió a cargo de D. Manuel González-Carvajal, pero a partes iguales, por lo que Leopoldo debía reintegrar la cantidad adelantada; y según consta en la testamentaría de su tío, en 1862, aún estaba vigente el préstamo.
Se concentró en la actividad manufacturera y mercantil del tabaco, aprovechando contactos y relaciones propiciadas por su tío D. Manuel. Registra las siguientes marcas: La Camelia de Japón, L. Carvajal, Dos Cabañas, Flor de Monte Carlo, etc.
El 28 de abril de 1868 se casaba con su prima, Dª Mª del Carmen González-Carvajal y Cabañas, aportando como dote el valor de su fábrica de tabacos que ascendía ya a 90.000 pesos oro, lo que da una idea del grado vertiginoso de acumulación que logró en breve tiempo. La esposa aportó la casa heredada de su padre valorada en 100.000 pesos oro, objetos suntuarios, muebles, etc., todo lo cual brindaba a esta unión un sólido estatus en el contexto social en que se desenvolvía.
Después del fallecimiento de D. Manuel Carvajal en 1862 y sobre todo de D. Anselmo González del Valle en 1876, la trayectoria empresarial de esta saga asturiana apuesta definitivamente por la figura de D. Leopoldo González Carvajal y Zaldúa, que toma el relevo desde una posición de claro liderazgo. Las razones que lo justifican eran sencillas:
Por una parte, Anselmo y Martín, herederos legales de Anselmo González del Valle y Mª Jesús Cabañas, residían desde hacía tiempo en Asturias y no tenían intención de regresar a Cuba para gestionar los negocios tabaqueros de la familia, y por tanto se conformaban con recibir el usufructo de los rentables negocios que habían heredado de sus padres. Por otra parte Leopoldo poseía una sólida formación a todos los niveles y además conocía a fondo los citados negocios familiares.
A lo largo de la década de 1870 desplegó una intensa actividad inversionista que cubrió un amplio espectro, orientado a las compañías de ferrocarriles y negocios ganaderos.
La incursión de Carvajal en los negocios ganaderos fue breve pero muy rentable entre 1872 y 1874, coincidiendo con el desarrollo del conflicto bélico en la zona centro-oriental de la isla que provocó una aguda demanda de bueyes y otros animales de tiro.
El 12 de febrero de 1884, el gobierno le concede la construcción de un muelle
de gran calado en la playa de Dimas, al norte de la provincia de Pinar del Río, con el objetivo de facilitar las comunicaciones de la región de Mantua, emporio tabacalero, con La Habana y el exterior.
A la derecha. sentado, Leopoldo González-Carvajal. Detrás, de pié, Domingo Méndez Capote, futuro vicepresidente de la república de Cuba. 1893 |
El contexto histórico en que se desenvolvió Leopoldo González-Carvajal y Zaldúa fue radicalmente distinto al vivido por sus antecesores: las guerras de independencia cubanas, intereses extranjeros en los negocios de la isla, etc. En la la década de 1880 decide entrar en política. Militaba en el las filas del conservadurismo integrista, llegando a presidir el Partido Unión Constitucional. Fue concejal del Ayuntamiento de La Habana. En 1882 es ascendido a a Coronel Primer Jefe del VII Batallón de Milicias de la capital.
En 1883, debido a los incidentes con Alemania por la posesión de las islas Carolinas y Palaos, González-Carvajal inicia una suscripción a la que aporta personalmente la cantidad de 10.000 pesos oro, una verdadera fortuna para aquellos en aquella época, que haría posible el dotar a la Marina de Guerra española de un barco torpedero. Por ésta y otras relevantes acciones el monarca Alfonso XII le concede la Gran Cruz al Mérito Naval y la Encomienda de Isabel la Católica.
Presidió el Casino Español de La Habana y el Gremio Unión de Fabricantes, que aglutinaba a los dueños de manufacturas de tabacos de La Habana; desde allí desplegó una intensa gestión en favor de la institucionalización del sector, hasta crear en octubre del año siguiente la pujante Unión de Fabricantes de Tabacos bajo su presidencia.
En 1885 se le concedió el título de Marqués de Pinar del Río y llegó a ser senador y diputado por la isla; la reina regente María Cristina concedería a su esposa Dª Mª del Carmen González-Carvajal y Cabañas, en 1897, el título de Marquesa de Avilés.
Sus nexos con los grupos de poder en la Península pueden seguirse a través de su amistad con figuras como D. Crescente García San Miguel; este último representaba sus intereses en España, que eran especialmente intensos con la Compañía Arrendataria de Tabacos, de la que fue su representante en Cuba desde su creación.
Ante el creciente intervencionismo económico norteamericano, se ve forzado a vender su marca y fábrica HIJA DE CABAÑAS Y CARVAJAL a la American Tobacco Co. formando la sociedad Vuelta Abajo S.S. Co. para la exportación de la rama a Estados Unidos. En estos años prácticamente adquirió el control de los Ferrocarriles Unidos de La Habana, que eran propiedad inglesa y de la Compañía del Gas y Electricidad de La Habana. Formó la sociedad Zaldo Carvajal y Cía para la explotación de la fábrica de hielo. También era propietario de numerosas fincas urbanas entre las que merece especial atención el famoso Hotel Plaza, en la calle Neptuno esquina Zulueta y Monserrate, que aún se conserva.
Como era habitual en los banqueros y demás potentados de la época, había engrosado a su patrimonio importantes bienes por la vía del impago de deudas, siendo uno de los más importantes el embargo de los bienes de D. José Mª Herrero y Garro, Conde de Fernandina, entre 1887 y 1890, que comprendió haciendas, acciones y rentas de bienes inmuebles, proporcionándole notables propiedades rústicas en la provincia de Pinar del Río.
Fue un gran benefactor de su villa natal de Avilés, regalando una abultada suma de dinero al ayuntamiento para dotar al pueblo con el establecimiento de la luz eléctrica para el alumbrado público. En 1891, el Consistorio avilesino decide asignar un nuevo nombre a la calle de la Herrería, pasando a llamarse Marqués de Pinar del Río y nombrarle hijo ilustre y predilecto de la villa de Avilés, por el magnífico regalo.
En 1896, participa activamente en la guerra de Cuba como coronel al mando del Séptimo Regimiento de Voluntarios. Ese mismo año es él quien, con gran satisfacción, se encarga de recibir en La Habana el Batallón de Voluntarios de Asturias, embarcado en Gijón el 22 de septiembre. En 1898, al terminar la guerra y con una Cuba independiente, regresa a Avilés junto con su familia para, después de un largo período de tiempo en la villa, volver de nuevo a La Habana, donde muere el 2 de marzo de 1909 dejando a sus herederos una inmensa fortuna que alcanzaba la nada desdeñable cantidad de $2.725.886. Puede verse la relación de sus bienes en (*1 pag.69). Está enterrado en el cementerio de Colón de la Habana.
PREMIOS OBTENIDOS (*7):
Londres (1851), París (1855), Londres (1862), París (1867), Viena (1873), Chile (1875), París (1878), Nueva Orleans (1884), Amberes (1885), Amberes (1888), París (1889), Bruselas (1891), Chicago (1893), París (1900).
MARCAS ANEXAS (*7):
H. de Cabañas (1848), Los dos Carbajales (1882), Flor de Montecarlo (1882), La Camelia de Japón (1882), Leopoldo Carvajal (1882), Dos Cabañas (1882).
FUENTES DE INFORMACIÓN (*)
(*1) Asturias y Cuba en torno al 98. Autor: Jorge Uría González. Empresarios Asturianos del Tabaco en Cuba. Siglo XIX, Autor: Doria González Fernández.
(*2) Revista A.V.E. nº 133, Páginas 36-38. Artículo de Alfredo García Paladini
(*3) Fábrica Cabañas y Carvajal. Autor Orlando Arteaga Abreu. http://www.vitolphilia.com/art_cabanas_esp.html
(*4) Leopoldo González-Carvajal y Zaldúa. Revista A.V.E nº 275, Paginas 28-38
(*5) Avilesinos ilustres: el Marqués de Pinar del Río http://indianos-asturianos.blogspot.com/2010/02/don-leopoldo-gonzalez-carvajal-y-zaldua.html
(*6) Una biografía de Anselmo González del Valle y González-Carvajal (1852 - 1911) http://touspatous.es/index.php/biografias/1052-una-biografia-de-anselmo-gonzalez-del-valle-1852-1911.html
(*7) Libro cien anillas de calidad en la litografía tabaquera. Autores: Florencio Giménez Caballero y Manuel López Rodríguez.
(*8) La Nueva España. Cien años de la muerte del Marqués de Pinar del Río - http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009031800_36_736626__Aviles-Aviles-1909-Muere-Habana-Leopoldo-GonzalezCarvajal-Zaldua-marques-Pinar-Aviles
(*9) La saga de los asturianos. Revista A.V.E. nº 299 Página 35
(*10) Biografía de Pepín Rodríguez. El sueño de un indiano. Autor: Francisco Bustamante Alonso. Pág. 45.
(*11) Biografía de Anselmo González del Valle y Fernández Roces. Real Academia de la Historia. http://dbe.rah.es/biografias/67229/anselmo-gonzalez-del-valle-y-fernandez-roces
(*12) Colección del autor.
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