A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección |
COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |
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EL TABACO Y LOS GRANDES TABAQUEROS DE LOS EE.UU. |
Antigua lata de tabaco para mascar. |
La masticación (en inglés, chewing) del tabaco era práctica común en la sociedad norteamericana. Se fabricaba con hoja de tabaco autóctono (Virginia, Kentucky, Carolina, etc.), sometiéndolo a un proceso de curado, corte y fermentación para finalmente obtener el producto final, en sus distintas formas. Se consumía colocando parte del tabaco entre la mejilla y las encías o los dientes y masticando el resto para, de vez en cuando, escupir los jugos no deseados. Por ello, era habitual la colocación de escupideras en los locales públicos para uso de los fumadores.
Vitola con retrato del general Ulysses S. Grant. (*27) |
El cigarro puro se puso de moda a partir del final de la Guerra Civil Norteamericana (1865), cuando personajes famosos comenzaron a aparecer en público fumando espléndidos cigarros habanos, como ya lo hacían sus homólogos europeos desde hacía tiempo. Uno de ellos sería el general Ulysses S. Grant, personaje carismático que, tras su éxito como militar en la guerra y sus dos presidencias de la nación (1869 a 1873), viajó por todo el mundo y en alguno de esos esos viajes debió de adherirse a la moda de fumar cigarros. De vuelta a su pais, su imagen de fumador de puros fue la mejor propaganda para la implantación del cigarro, en rápido detrimento del tabaco de mascar.
Así pues, el cigarro de calidad se pone de moda en la sociedad norteamericana. Se impone el cigarro de calidad, envasado en cajas lujosas y elegantes con bellas etiquetas y vitolas, un producto más competitivo, lujoso y atractivo al consumidor. A ello contribuiría la política de liberalización de los mercados y bajada de impuestos. Más tarde, impulsado por poderosas campañas publicitarias e intereses económicos, el cigarrillo, mas facil de fumar y sobre todo mas barato, se impondría con fuerza tanto en la sociedad norteamericana como en el resto de los países.
EL CULTIVO DE TABACO EN LOS EE.UU.
John Rolfe y Pocahontas. Pintura romántica datada en 1850. |
El tabaco de Virginia
Aquellas semillas de "tabaco español" sembradas en tierra tan fértil, dieron como resultado una hoja grande y de sabor suave, de moda en Europa. El tabaco de Virginia, fue publicitado por los ingleses como de "excelente calidad", aunque no podía equipararse al tabaco cubano, cosa que no cambiaría demasiado con el paso del tiempo.
Jamestown tendría el orgullo de abanderar la exitosa historia del tabaco de Virginia en los EE.UU. ya que posibilitó en gran medida el desarrollo económico de dicho estado y de gran parte de los estados del sur de los EE.UU. basado en el tabaco.
A partir de ese momento, el cultivo de la planta solanácea se fue extendiendo por toda Virginia de forma imparable. En el año 1617, se enviaron a Inglaterra 20.000 libras de tabaco de Virginia (en 1618 se enviaría el doble y en 1640 se llegaría a los cuatro millones de libras). Su cultivo se iba a convertir en poco tiempo en la principal fuente de riqueza de la colonia. Se utilizaba para todo: como moneda para comprar los esclavos, para el pago de impuestos, para comprar mercancías de Inglaterra, se extendían pagarés en libras de tabaco, se pagaban con tabaco los salarios de los soldados, los sueldos de los clérigos y funcionarios, incluso llegó usarse como moneda de cambio.
Desde Jamestown, los cultivos se fueron extendiendo y trasladando hacia el norte y el Oeste, pues a medida que agotaban la tierra con tres y hasta cuatro cosechas anuales, la abandonaban, trasladándose a otro terreno virgen; veamos esta evolución cronológicamente:
En 1635 el cultivo de tabaco casi había desaparecido de Jamestown y sus alrededores.
En 1650 se comienza a cultivar en el condado de Lancaster.
En 1653 llega al actual condado de King William.
En 1750 se centraba sobre todo en la región del Alto Río James, la región del río York y los valles del río Rappahannock y sus afluentes.
En 1740, Elias y William Edmonds se establecieron cerca de lo que hoy es Warrenton (condado de Fauquier), creando un popular tipo de hoja de tabaco conocida como Edmonium, que se extendió a través de otros condados: Albemarle, Amherst, Nelson, Cumberland, Culpeper y Augusta.
En 1750, diez años después de la creación del tabaco Edmonium, su producción alcanzó cantidades realmente importantes.
> Grabado romántico con una recreación de los cultivos de tabaco del siglo XV en Jamestown (Virginia). (*31) |
Los dueños de las grandes plantaciones enviaban su tabaco directamente a Inglaterra a través de agentes, que se encargaban de fletar barcos y vender la mercancía a cambio de una parte importante de los beneficios, mientras que los plantadores de tabaco más pequeños trabajaban con agentes locales que compraban su tabaco normalmente a cambio de otros bienes manufacturados. El tabaco de Virginia pronto se convirtió en la única exportación rentable y fiable para la metrópoli inglesa, por lo que el imperio inglés explotó intensivamente esta riqueza como si fuera un bien inagotable sin cuidar demasiado la calidad. Esta política comercial inglesa, contribuyó a que el plantador virginiano agotara rápidamente la tierra cultivable, debiéndose trasladar continuamente a otros terrenos para obtener unas cosechas rentables.
Con altibajos en la producción, años de sobreproducción y bruscas fluctuaciones en su precio motivadas por las continuas guerras británicas, el cultivo de tabaco continuó de forma imparable. Una de esas bruscas fluctuaciones a la baja del precio del tabaco propiciaría la famosa rebelión de Bacon, conocida como rebelión de Virginia, que tras meses de conflicto acabó con el incendio de la ciudad de Jamestown, en septiembre de 1676. Acontecimientos como éste acelerarían el comienzo de la guerra de Independencia Norteamericana.
En las décadas de 1740-1750 los precios se estabilizaron de nuevo, no obstante en las dos siguientes décadas de 1760-1770 la economía de los agricultores tanto pequeños como grandes se fue deteriorando de forma paulatina. Con la Guerra de Independencia (1775-1783), la economía del estado empieza a cambiar, pues muchos plantadores de tabaco comienzan a sustituir ese cultivo por otros orientados a la alimentación, en particular trigo, para apoyar al ejército en su lucha contra Inglaterra. En el primer año de lucha, la producción de tabaco en Virginia se redujo a menos del 25 %.
Desde el final de la guerra, las exportaciones de hoja de tabaco se frenaron, manteniéndose estacionarias hasta la década de 1820, debido a que durante esos años los países europeos buscaron otros mercados, logrando diversificar su aprovisionamiento y así depender menos del tabaco de Virginia. Aún así, Virginia continuó siendo el primer productor de hoja de tabaco de los EE.UU., exportando grandes cantidades de tabaco en rama a Europa con destino a la fabricación de cigarros, pero sobre todo cigarrillos.
Mapa de los Estados Unidos donde se han señalado los principales estados productores de tabaco, con Virginia a la cabeza. (*37) |
Tipos de tabaco Virginia.
La mayor parte del tabaco que se cultivaba en los EEUU entre 1650 y 1730, se producía en el estado de Virginia, pudiéndose resumir en dos tipos:
Dulce-perfumado. La planta tiene hojas redondeadas y no demasiado grandes, de sabor suave y aroma dulce y perfumado, exclusivo de Virginia, tiene su origen en 1650, cuando el inglés Edward Digges, que llegó a ser gobernador de Virginia en 1655, plantó semillas de tabaco de la variedad Orinoco en su finca de Digges Neck, una extensión de tierra que había adquirido en el valle del río York. El suelo era pobre y arenoso, pero quizás por esa característica, obtuvo como resultado una hoja que sintonizó con los gustos y la moda en Europa en aquel momento. En los EEUU se usó sobre todo para tabaco de mascar, cigarrillos y para mezclas de tabaco.
Conocido como "ED" o "E. Dees" por las iniciales de Digges en los toneles donde se embasaba, esta variedad de tabaco demostró que las diferencias en la calidad del suelo eran tan importantes para el producto final como las diferencias en las propias variedades de tabaco. El tabaco de Digges llegó a cotizarse a un alto precio en los mercados de Londres y muy pronto toda Virginia estaba intentando cultivar este tipo de tabaco perfumado, que se vendería a la Europa anglosajona como el mejor del mundo, aunque su éxito fue ciertamente efímero. Desapareció cuando se agotaron las fértiles vegas a lo largo de los ríos James, York, Rappahannock y Potomac.
Orinoco. La planta tiene hojas grandes y algo alargadas, de sabor más fuerte que el dulce-perfumado, encontró un fiel mercado en la Europa continental. Con el paso del tiempo, este tabaco tipo Orinoco consiguió hacerse más popular que el dulce-perfumado, incluso entre los fumadores ingleses, terminando por dominar el mercado europeo en su totalidad. Después de adaptarse al clima y suelo de Virginia, fueron surgiendo distintas variedades o cepas de tabaco Orinoco de Virginia: Prior, Kite’s Foot, Hudson, Frederick, Thick-Joint, Shoe-string, Thickset, Blue Pryor, Medley Pryor, White Stem, Townsend, Long Green, Little Frederic y Browne Oronoco (*4).
Como se aprecia, ambos tipos de tabaco procedían de las mismas semillas originales de los valles del río Orinoco, pero convertidas en dos variedades bien distintas, consecuencia directa de la diferente composición del suelo donde se cultivaron.
Poco a poco, se fueron experimentando nuevas variedades de cultivo y nuevas técnicas de secado y curado, con el fin de adaptarse a los cambios en las modas y gustos de los consumidores europeos, que eran los que exigían un sabor, aroma y fumar determinados. Así, los plantadores de tabaco fueron ensayando nuevos métodos de cultivo, fertilizantes, métodos de fermentación, secado, curado, almacenaje, etc... además de mejorar la selección y el control de calidad final del producto mediante inspectores y leyes que intentaban aumentar el prestigio del tabaco de Virginia, el tabaco con mayor prestigio de los EEUU, que siempre estuvo más orientado a la cantidad que a la calidad.
En 1875, John Ott, personalidad muy influyente en la opinión pública norteamericana y una autoridad en materia tabaquera, escribía un artículo (*3) en el que describía los tres tipos de tabaco de Virginia en aquellos momentos, incluyendo el nuevo “bright”, que sería presentado oficialmente con gran éxito en la exposición universal de Filadelfia:
El tabaco de Virginia debe competir con otros estados vecinos.
En 1860, poco antes del comienzo de la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865), Virginia producía más tabaco que cualquier otro estado de la Unión, seguido de Kentucky y a más distancia de Tennessee, Maryland, Carolina del Norte, Ohio y Missouri. Hasta entonces la economía de Virginia se había basado en el tabaco, pero después de la contienda todo cambiaría. Así, mientras que en 1860, Virginia tenía censadas 252 fábricas de tabaco, diez años más tarde tan solo quedaban 131 en el todo el estado.
Tanto Virginia como Carolina del Norte volcaron todos sus esfuerzos en la guerra, con el consiguiente cese de la actividad de sus fábricas de tabaco y la paralización de su comercio, situación que fue aprovechada por sus vecinos occidentales de Kentucky, Ohio y Missouri, que habían sufrido poco la contienda civil, y por tanto estaban en mejor disposición para hacer buenos negocios, esta vez sin la competencia de su poderoso vecino. Así fue cómo estos estados entraron de lleno en el negocio del tabaco, competiendo con el hasta ahora líder en la producción tabaquera de los EE.UU.
Se abandonaron grandes extensiones de terreno cultivable debido a la liberación de esclavos, se produjo el desplazamiento de una parte significativa de la población rural hacia las grandes ciudades para dedicarse a los negocios, el comercio o las manufacturas. En resumen, los efectos negativos de la economía de guerra afectaron de manera muy especial a Virginia.
Por si fuera poco, la imposición de fuertes impuestos sobre el tabaco manufacturado agravó aún más la situación.
Exceptuando el periodo 1871-1885 en que la producción se recuperó un poco del desastre de la guerra, tras bajar los impuestos, mejorar las técnicas de cultivo, fertilizantes, etc.. la producción de tabaco en Virginia no paró de descender
Comienza así un nuevo escenario protagonizado por el éxito de los nuevos tabacos "bright", que rápidamente van ganando adeptos en los consumidores de la nueva nación. Se despliega un gran aparato propagandístico, que pone en evidencia la falta de iniciativa de las fábricas de Virginia, que no estaban acostumbradas a la competencia de su tabaco, basado fundamentalmente en su prestigio; creyeron que éste sería garantía suficiente de continuidad, pero no calcularon bien sus fuerzas y las variedades de tabaco "bright", como por ejemplo el "Burley Blanco", se abrirían paso decididamente compitiendo activamente con el antiguo tabaco virginiano. El carácter suave y dulce de estas variedades y sus excelentes condiciones de absorción, aromatizaban el tabaco, siendo muy apreciados por el consumidor, mientras que el tipo Virginia, para conseguir iguales objetivos debía añadirse materiales químicos edulcorantes.
Así, Virginia se vio obligada a competir con sus estados vecinos, mejorando o incluso cambiando sus cultivos. Se sucederían los cambios a gran velocidad: competencia creciente, bajada generalizada de los precios del tabaco en los mercados internacionales, irrupción de nuevas variedades, aumento significativo del consumo de cigarrillos rubios, etc ... y, por si fuera poco, la irrupción en 1890 de la todopoderosa American Tobaco Company (A.T.C.) de Washington Duke y su imperio tabaquero, que revolucionaría el mercado con sus "particulares" métodos de hacer negocio.
Planta de tabaco tipo Virginia. |
Triunfan las variedades de tabaco tipo "bright".
El tabaco "bright", conocido localmente como "yellow" o "amarillo", era una de las muchas variedades locales, por lo que su popularidad era escasa. Se comenzó a cultivar, a partir de 1820, en los suelos pobres y arenosos de los condados de Pittsylvania (Virginia) y de Caswell (Carolina del Norte).
Las hojas de tabaco "bright" se recogían a medida que maduraban, siendo la parte inferior la primera que se corta. El cultivo de este tipo de tabaco requiere que los campos sean inspeccionados permanentemente para hacer esta operación de recogida manual de la hoja, razón por la cual se necesita una mano de obra intensiva.
Una vez recolectadas, se escogían y se unía por su base en manojos de seis hojas y finalmente se colgaban en bastidores para secarlas lentamente a través de conductos de aire caliente muy seco, en un proceso que duraba varios días; algo similar al ahumado de los productos alimenticios. Al cabo de un tiempo, las hojas se secaban, tornándose de color amarillo ocre, semejante al del azúcar de caña.
Se cuenta que el descubrimiento de este nuevo tipo de "curado al humo" (fire-cured en inglés) fue fruto de una casualidad; un accidente fortuito hizo que se descubriese una nueva técnica de curación que iba a revolucionar el mercado. Ocurrió en 1839, cuando un esclavo negro del condado de Slade Caswell (Carolina del Norte) se quedó dormido mientras curaba el tabaco al fuego. Al despertar, para reavivar el fuego, se le ocurrió echar una buena cantidad de leña seca sobre los rescoldos; el calor seco producido por el fuego bruscamente reavivado produjo sobre el tabaco curado un marcado color amarillo brillante.
Este tabaco se conocía como "tabaco bright", y a las zonas donde se cultivaba esta variedad de tabaco serían conocidas como "bright-tobacco belt" en inglés o traducido "cinturones de tabaco bright.
La técnica de curación recién descubierta se popularizó en las zonas circundantes de Virginia y Carolina del Norte. No obstante, el tabaco bright no se cultivaría y procesaría de forma extensiva hasta 1856, finalizada la guerra civil norteamericana, siendo en Carolina del Norte donde se consiguió, mediante el perfeccionamiento progresivo de los métodos de secado y curado.
Se llegó a cultivar de forma intensiva en todo el sureste de Estados Unidos, Piamonte y llano costero del norte (desde Florida a Maryland). (*4)
Otro tipo de tabaco de gran éxito fue el Burley, conocido como "curado al aire" (air-cured en inglés). Este tabaco era una variedad de hoja algo más oscura, que se daba principalmente en Kentucky (70%) y Tennesee (20%). El tabaco Burley se cosechaba de una vez, cortando el tallo de la planta a nivel del suelo. Las hojas se iban clavando en un palo que luego se colgaban en largas filas para su secado en sitios especialmente diseñados para esta operación llamados secaderos. Estos edificios debían ser abiertos y espaciosos para conseguir que el aire circulase adecuadamente y que la hoja se secara de forma natural, sin el aporte de fuentes de calor artificiales.
El secado era esencial para evitar que las hojas se pudriesen y para que el tabaco ardiera adecuadamente, sin apagarse en el cigarro, cigarrillo o pipa. El proceso de curado por aire empleado en la hoja Burley resultaba más barato que otros basados en el secado forzado mediante calor por combustión de carbón. La variedad llamada white Burley, de hoja mas clara, data de 1864, y se usaba para la fabricación de cigarrillos rubios, siendo habitual endulzarlo con azúcar.
Al principio, el "bright" se utilizó en la elaboración de cigarros puros como capa y el "Burley" para la tripa, pero el verdadero desencadenante del aumento de la demanda de tabaco brillante o "rubio" fue el para la fabricación de cigarrillos. El tabaco bright se presentado en la Exposición de Filadelfia en 1876 por la empresa John F. Allen & Co., de Richmond, superando las mejores expectativas de éxito.
Hoy en día, el tabaco que se conoce como "tipo Virginia" es exclusivamente brigth, cultivándose en todo el mundo, especialmente en China, Estados Unidos, Brasil, India y Zimbabwe, llegando a cubrir aproximadamente el 40 % de la producción mundial. En términos anglosajones se le conoce también por "flue-cured" que proviene del método de curado o secado de la hoja, por el que el aire caliente se distribuye en todo el edificio de la casa de tabaco a través de conductos ("flues", en inglés).
LA INDUSTRIA del cigarro.
Sus comienzos. Nueva York.
Hasta la década de 1870, la ciudad de Nueva York era el principal centro productor de cigarros puros de los EE.UU. La actividad tabaquera se concentraba en el barrio de Brooklyn, que contaba con unos 800 talleres, la mayoría de pequeño tamaño (menos de diez trabajadores). Otras zonas donde se manufacturaban cigarros a mano a pequeña escala eran Filadelfia, Chicago, Boston, San Diego, Houston, Atlanta o Nueva Orleans, entre otras.
Hasta entonces, la industria del tabaco manufacturado en los EE.UU. se limitaba a pequeñas fabricas locales, orientadas al consumo interno: tabaco de mascar, cigarrillos y en menor medida cigarros. En cualquier caso, muy poca producción de tabaco manufacturado se exportaba, contrariamente a la hoja o rama, que era exportada a Europa en grandes cantidades.
Las fábricas de cigarros consistían en pequeños talleres llamados buckeyes o chinchales, cuya mano de obra era mayoritariamente hispana (cubana o española), aunque también coexistían pequeños establecimientos regentados por "anglos", en los que trabajaba algún empleado hispano.
Antigua tienda espendedora de cigarros puros en la ciudad de Buffalo (Nueva York) en 1911. (*13) |
El número de marcas y fabricantes de cigarros puros de procedencia norteamericana registrados oficialmente fue realmente portentoso, a considerable distancia de las cifras que podemos encontrar en cualquier otro país con industrias tabaqueras de indudable prestigio como Cuba o México.
Cualquier coleccionista que haya dedicado un mínimo de tiempo a investigar las marcas y fabricantes de los EE.UU podrá dar fe de ello, y no dejará de sorprenderse de la magnitud de este universo excepcional e inabarcable que es, sin duda, el coleccionismo de anillas y habilitaciones norteamericanas.
A continuación, cito algunas cifras procedentes de distintas fuentes que, aunque ponen de manifiesto diferencias a veces importantes, respaldan a groso modo estas afirmaciones:
Las razones que pudieran justificar esta realidad habría que buscarlas en datos objetivos, como la gran población del país, su enorme potencial económico, su sociedad con un alto poder adquisitivo, y sobre todo la realidad de una industria del cigarro escasamente desarrollada, donde proliferaban las pequeñas fábricas de cigarros donde laboraban unos pocos trabajadores. La mayoría de ellas se abrieron a partir de las décadas de 1860 y 1870, pero no duraron demasiado, pues progresivamente irían dejando paso, como veremos, a las grandes fábricas de los estados de Florida, Nueva York y Pensilvania, mayormente.
De igual modo que Virginia se convirtió en el principal estado productor de tabaco en rama, y Jamestown la ciudad donde se inició su cultivo, y desde allí se extendió a todo el Estado y a otros hacia al Oeste, sería sin duda Florida el que, sin duda, lideraría la industria de cigarros hechos a mano en los EE.UU. La ciudad de Cayo Hueso (Key West) sería la pionera y ejemplo a seguir en el exitoso desarrollo del cigarro "Clear Havana" (*n1), como se le conocía, elaborado enteramente con hoja de tabaco cubana pero fabricado fuera de la isla.
Florida reemplazó a Nueva York en el liderazgo de la industria de cigarros hechos a mano, primero desde Cayo Hueso y posteriormente en Tampa.
En ese nuevo escenario, Nueva York se transformó rápidamente en el principal centro estratégico de comercio y distribución de tabaco pues, por una parte sus instalaciones portuarias ofrecían acceso fácil y rápido para su transporte y distribución a todo el mundo, y por otra parte contaba con una amplia red de agentes, intermediarios y contactos para garantizar una adecuada gestión de los negocios.
Situación estratégica de Cayo Hueso, al final de los "Cayos de Florida", a 160 Km. de La Habana. |
CAYO HUESO (Key West).
La pequeña ciudad de Cayo Hueso, situada en el extremo sur de los Cayos de Florida, en el punto más cercano a la isla de Cuba, contaba desde 1831 con un pequeño foco tabaquero establecido por el fabricante William H. Wall, consistente en un modesto taller de la calle Picont, que daba empleo a 50 operarios que elaboraban cigarros con la mejor rama importada desde La Habana. En años sucesivos se irían estableciendo nuevos negocios tabaqueros documentados en la gaceta de Cayo Hueso entre 1831 y 1837, pero que en su conjunto tenían una producción muy reducida y dedicada en su totalidad al consumo local. (*7)
Antes del comienzo de la primera Guerra de Independencia Cubana (1868-1878), Cayo Hueso tenía menos de 500 habitantes, en su mayoría bahameños, que se ganaban la vida vendiendo las mercancías perdidas o abandonadas en los naufragios que frecuentemente se producían en sus costas, al chocar contra la gran barrera de arrecifes frente a la isla. A principios de 1831 se habían construido dos faros, y los cuarteles de la armada estadounidense se habían establecido oficialmente en Fort Taylor. Todo cambió con el comienzo de la Guerra de los Diez Años (1868-1878), cuando gente de todas las nacionalidades huyeron de la isla, buscando seguridad.
En diciembre de 1871, el éxodo se intensificó como consecuencia de la orden de las autoridades españolas decretada para luchar contra los rebeldes independentistas, que obligaba al reclutamiento forzoso. Esta inmigración se dirigió, sobre todo, a Nueva York, Nueva Orleans y a Cayo Hueso (Key West) y estaba constituida, en gran parte, por trabajadores de la industria tabaquera cubana, la más importante del mundo, en pleno auge por aquellos años.
Con ellos llegaba a la pequeña ciudad de Cayo Hueso un verdadero tesoro: el talento y la experiencia de años de trabajo especializado en el cultivo y manufactura del tabaco.
El consumo del cigarro se imponía en los EE.UU., con bastante retraso en comparación con otros países desarrollados. Hasta entonces, el tabaco se había consumido con profusión en forma de tabaco para mascar, en forma de hojas o de pastillas (plugs), y en menor medida en forma de cigarrillos y cigarros. Los nuevos cigarros de calidad triunfaban en el mercado, con una gran demanda de hojas de capa de "Sumatra" o de "Vuelta Abajo". Después de la Guerra de Secesión, en 1883, los impuestos se redujeron considerablemente, lo que supuso un considerable abaratamiento de los cigarros.
En 1878, el Servicio de Impuestos Internos de los EE.UU. eliminó las regulaciones que obligaban a que las cajas de cigarro fueran homogéneas, permitiendo aportar un toque de diseño e imaginación del fabricante. Dirigido al cliente exigente y con cierto nivel adquisitivo, se impone el tabaco de la mejor calidad disponible (el cubano), envasado en lujosas cajas, con bellas etiquetas litográficas y vitolas, que adornaban y garantizaban los puros, obteniéndose así un producto más competitivo, lujoso y atractivo para el consumidor.
En Cayo Hueso, la primera Ciudad del Cigarro de los EE.UU., se dieron las condiciones ideales para la fabricación de cigarros de máxima calidad.
Vicente Martínez Ibor (*13) |
Nace la primera ciudad del cigarro. Vicente Martínez Ibor.
La historia de la industria del cigarro hecho a mano en los EE.UU. no se podría contar sin hablar del empresario tabaquero de origen español Vicente Martínez Ibor.
Antes de su llegada a Cayo Hueso, Ibor ya era uno de los fabricantes de cigarros más prestigiosos de Cuba, con su emblemática marca El Príncipe de Gales. Ibor, que llevaba tiempo ayudando a los independentistas cubanos, en 1868 fue descubierto a raíz de las pruebas aportadas por otro industrial tabaquero, lo que supuso una orden de detención contra él. Logró huir apresuradamente de la isla, estableciéndose en la desconocida ciudad de Cayo Hueso, siguiendo los consejos de su socio y asesor financiero, Eduardo Manrara.
Una vez allí, alquiló unos edificios cercanos a los muelles, contrató a los tabaqueros necesarios y comenzó a fabricar cigarros con destino al
mercado de los EE.UU. En la Habana dejaría a su yerno Ignacio Castañeda a cargo de sus intereses empresariales y al cuidado de su familia.
Nada más llegar a territorio norteamericano, decidió cambiar su segundo y más conocido apellido, de Ibor a Ybor (*n1), más acorde con el país donde en lo sucesivo haría sus negocios. Por esta razón, para ser respetuoso con los hechos y con la historia, a partir de ahora se escribirá en esta página como Ybor.
Su sabia, aunque arriesgada, decisión de establecerse en Cayo Hueso supuso finalmente un éxito, pero aún más importante, marcó el futuro económico de toda Florida, ya que encendería la mecha del definitivo despegue de la industria del cigarro "Clear Havana" en los EE.UU., llegando a convertirla en una pequeña Habana en territorio de los EE.UU., un pais en claro crecimiento económico, lleno de oportunidades para todos (empresarios y obreros), y sobre todo que ofrecía un tesoro, mano de obra cubana, que habían huido de la guerra en Cuba, y que poseían años de experiencia en el codiciado oficio de tabaquero.
Factoría de Ruy Lopez Ca., en Cayo Hueso, destruida por un huracán en 1909. |
La gran intuición de Ybor, unido a las dotes de gestión empresarial de su socio, Manrara, aprovecharon las excelentes oportunidades que ofrecía esa ubicación para abrir el camino a otros fabricantes (muchos de ellos españoles), que a raíz de entonces siguieron su ejemplo y abrieron su fábrica de cigarros "Clear Havana" en Cayo Hueso, entre ellos: Eduardo H. Gato, Villamil, Benito Alonso, Cayetano Soria, Aurelio Castillo, Ellinger, Folk and Mayer, O Hallorans, George W. Nichols, Ferdinand Hirsch, Cortez, Havana-American, Ruy López, S. &. F Fleitas, Key West, Martinez Havana, M. Perez, R. Fernandez, Manuel Cruz, José Lovera, entre otros, hasta llegar a 158 grandes fábricas en el año de 1890, el de mayor producción. (*30)
A principios de la década de 1870, un gran número de publicaciones neoyorquinas escribirían artículos alabando la nueva industria del cigarro. Por ejemplo, la prestigiosa revista neoyorquina especializada en tabaco, The Tobacco Leaf, publicó en 1872 un artículo en el que afirmaba que «La popularidad de los cigarros de Cayo Hueso residía en el gusto popular por los puros genuinos Habana, iguales en todos los aspectos a los cigarros más finos importados de Cuba».
Durante la temporada de cosecha del tabaco en Cuba, los propietarios principales de las fábricas de Cayo Hueso viajaban a La Habana en vapores para recorrer las vegas de tabaco de Vuelta Abajo y adquirir el codiciado tabaco en rama cubano. Algunos de ellos eran propietarios de sus propias vegas, mientras que otros se limitaban a recorrer los almacenes, adquirirlo en subastas y enviarlo a sus fábricas de Cayo Hueso.
Desde principios de la década de 1880, la ruta Cayo Hueso - La Habana - Nueva York se incrementaría aún más si cabe desde el momento en que se inauguró la línea ferroviaria que unía Nueva York con Jacksonville. El 20 de agosto de 1885, el tren llegaría hasta Tampa, desde donde salían los vapores con destino a Cayo Hueso y La Habana.
El desarrollo de CAYO HUESO (Key West), la primera "CIUDAD DEL CIGARRO"
Cayo Huesollegó a ser la ciudad más grande y más rica del estado de Florida, la primera ciudad del cigarro de los EE.UU. Era una especie de extensión de Cuba en territorio de Florida. Los barrios y casas se construían a imagen y semejanza de las colonias cubanas; el idioma español se hablaba por doquier, los lectores de las fábricas de cigarros leían diarios y novelas en español, las publicaciones se editaban en ese idioma, la comida cubana era famosa en toda Florida y la música afrocubana y latina sonaba por todas partes. A finales de la década de 1890, la población era un crisol de culturas, con un alto porcentaje de cubanos de todos los colores que vivían y trabajaban juntos, en armonía en tierra norteamericana.
Los Clear Havana de Cayo Hueso habían logrado penetrar e imponerse en la pujante sociedad norteamericana, debido principalmente a su gran calidad, pues usaban la mejor rama importada de Cuba, se elaboraban con mano de obra experta y se embasaban en cajas de excelente madera de cedro, con una lujosa presentación a base de etiquetas litográficas, que ya incorporaban el color, dorados y relieves en sus bellos juegos de habilitaciones y vitolas; todo ello a menor precio que el cigarro habano procedente de Cuba, debido a impuestos más reducidos.
La convivencia entre comunidades no sería fácil. Fueron bastante frecuentes las tensiones y los roces entre comunidades (cubanos, españoles, italianos, anglos, chinos, eslavos, etc....) ya que las comunidades eran muy distintas (raza, costumbres, religión, carácter, etc), lo que les empujaba a vivir agrupados en barrios distintos, preservando así su idioma, costumbres y forma de vida.
Los españoles venían, en su mayoría, de zonas rurales donde estaban acostumbrados al trabajo físico duro, mientras que los tabaqueros cubanos residían normalmente en grandes ciudades, como La Habana.
Los propietarios de las fábricas reconocían a los españoles como obreros fiables y esforzados, pero los cubanos querían conservar para ellos sus conocimientos en los diferentes oficios y tareas del tabaquero y consideraban a los españoles como una amenaza. Esto motivó que a veces fueran maltratados por artesanos cubanos, viéndose obligados a trabajar más duro para demostrar su valía. Cuando estallaba la fricción, para restaurar el orden, los fabricantes frecuentemente tenían que sustituir a sus capataces o empleados españoles por otros cubanos.
Samuel Seidenberg (*13) |
El caso Seidenberg.
Una de las más revueltas más polémicas se daría en la fábrica Seidenberg, que fabricaba cigarros de la famosa marca La Rosa Española, cuyo propietario, Samuel Seidenberg,
tenía una fábrica desde 1867 en Cayo Hueso y había abierto otra en Tampa en 1891 (*n3). Descendiente de emigrantes alemanes, había nacido en España y quizás por ello mantenía con su
patria fuertes lazos emocionales. Seidenberg siempre se había opuesto a los clubes revolucionarios y a los "lectores" que, desde sus púlpitos, leían textos radicales o patrióticos en su factoría de Cayo Hueso, pero que a pesar de todo contaba entre sus obreros a un gran número de
patriotas cubanos.
La situación fue degenerando hasta que el tabaquero tomó la decisión de sustituir a todos los cubanos
de su fábrica por españoles ajenos a esta problemática, alegando que la acción era necesaria para proteger a sus empleados, amenazados
por los cubanos. Estos acontecimientos provocaron un éxodo de tabaqueros cubanos hacia la nueva ciudad de Tampa.
Además de la mano de obra cubana y española de Tampa, hay que tener en cuenta de forma especial la italiana. Muchos italianos que trabajaban en el proyecto del ferrocarril de Plant, finalizado éste, se establecieron en la zona de la bahía de Tampa, y al carecer de experiencia en la industria tabaquera, se dedicaron al comercio o a la agricultura; más tarde intentaron colocarse en las fábricas de cigarros, pero los cubanos obstaculizaban su aprendizaje, en un intento de proteger sus habilidades. Primero lo hicieron con los españoles y ahora también con los italianos.
Cayo Hueso. La céntrica calle Duval. (*13) |
Seidenberg se opuso con fuerza esta presión de los tabaqueros cubanos, contrató a estos trabajadores italianos y construyó residencias para ellos en las cercanías de su fábrica de Tampa, en 1890. Su casas actuaban como una zona de amortiguación entre las comunidades españolas y cubanas de Ybor City.
El crecimiento de Cayo Hueso fue realmente espectacular:
En 1868 había en el Cayo cerca de 3.000 trabajadores vinculados de algún modo a la
industria tabaquera. (*10)
En 1870 había registradas 29 fábricas de cigarros trabajando a pleno rendimiento. (*10)
En 1873, la producción alcanza los 1,35 millones de cigarros. (*14)
En 1875 se alcanza una producción de 25 millones de cigarros. (*10)
En 1880 había unas 44 fábricas que empleaban un promedio de casi 1.400
tabaqueros. (*10)
En 1883 había 80 fábricas de cigarros, con 2.703 operarios, que fabricaban 42 millones de unidades al año. (*14)
En 1885 había 99
fábricas que empleaban a 5.500 operarios. (*14)
En 1890, la ciudad de Cayo Hueso tenía una población de más de 18.000 habitantes, de los cuales unos 12.000 trabajaban en fábricas de cigarros. Ese mismo año se alcanzaría su producción record con doscientas fábricas de puros funcionando a pleno rendimiento, en las que operaban más de 2.000 torcedores, que fabricaron una cifra cercana a los 100 millones de cigarros al año.
Un torcedor experto podía llegar a fabricar cerca de 200 cigarros al día (80 mil cigarros al año). (*10)
Cayo Hueso después del incendio de 1886. (*13) |
No obstante, en 1885, las cosas comenzarían a cambiar, a raíz de dos sucesos: la larga y enconada huelga de 1885 y el incendio de Cayo Hueso que, a finales de marzo de 1886, terminó arrasando muchas fábricas, entre ellas dos de las mas emblemáticas: El Príncipe de Gales, de Vicente Martínez Ybor y La Rosa Española, de Samuel Seidenberg.
Ambos acontecimientos serían los desencadenantes del traslado de la fábrica de Ybor desde Cayo Hueso a la vecina ciudad de Tampa, convirtiéndose en el fundador y principal artífice de Ybor City, la ciudad del cigarro de Tampa. Si desea más información sobre Vicente Martínez Ibor, el desarrollo de Tampa, Ybor City y West Tampa, etc ....hacer clic en el siguiente vínculo:
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A partir de entonces, la actividad tabaquera en el Cayo continuaría durante décadas a pleno rendimiento, pues la demanda de cigarros "Clear Havana" no paró de aumentar, de hecho, el año de mayor producción en Cayo Hueso sería 1890, cuando 200 fábricas llegarían a elaborar unos 100 millones de cigarros. Sin embargo el crecimiento ya no fue tan explosivo como lo había sido desde 1869, pues la fabricación se repartió entre otras ciudades, con un centro principal y más importante que, sin duda, sería Tampa.
Muchas fábricas se trasladarían a esta ciudad y sus alrededores en busca de una mayor estabilidad laboral, terrenos más baratos y construcciones más sólidas, con menor riesgo de incendios.
El descubrimiento de Tampa como destino de la industria del cigarro fue consecuencia de una serie de circunstancias, unido a la necesaria dosis de azar. Serían dos emprendedores españoles los artífices de la creación de esta nueva ciudad industrial: por una parte Vicente Martínez Ybor, socio propietario de la firma Ybor-Manrara y por otra Ignacio Haya, de la firma Sanchez-Haya, quienes dirigieron sus miradas a este olvidado lugar, arriesgaron sus intereses e invirtieron en Tampa por primera vez.
Se cuenta que Eduardo Manrara, socio y asesor de Ybor, en sus continuos viajes desde Nueva York a Cayo Hueso, nunca viajaba en barco debido a su tendencia al mareo, sino que lo hacía por tierra. Fue así como conoció las riquezas naturales de la bahía de Tampa, y en sus muchas observaciones minuciosas creyó ver árboles de guayaba.
A finales de 1884, estos rumores llegaron a los oídos de Gavino Gutierrez ..... «-- ampliar información --».
Mapa de Tampa con la ubicación de las fábricas de Ybor y Sanchez Haya. A la izquierda, fuera de la foto estaría la ciudad de West Tampa |
YBOR CITY, la segunda Ciudad del Cigarro en los EE.UU.
Después de varias visitas a la zona y de varias reuniones con la Junta de Comercio de Tampa, el 5 de octubre de 1885 llegan a un acuerdo con Ybor para la venta de los terrenos elegidos a un precio satisfactorio para todos.
Inmediatamente, Ybor inició la construcción de su fábrica en Tampa y de la ciudad empresarial que tomaría su nombre, Ybor City. Designa a Gavino Gutierrez como ingeniero civil y director ejecutivo de la obra (recordemos su papel junto con B. Gargol en aconsejar a Ybor sobre la ubicación de su fábrica en Tampa). La fábrica, se ubicó a en el cruce de la 9ª Avenida con la calle Republica de Cuba (ver mapa). Comenzada en madera, se deshecha esta opción, siendo finalmente la primera fábrica de cigarros de ladrillo en Tampa, que contaba con tres pisos con grandes salas de trabajo bien ventiladas y amplios ventanales que permitían la iluminación con luz natural. Frente a ella, y al mismo tiempo, se construyeron las oficinas centrales de la compañía, cruzando la 9ª Avenida, en el llamado edificio El Pasaje.
Ignacio Haya, su colega y amigo, también había adquirido terrenos cercanos a los de Ybor. Ambos comienzan las obras de construcción de sus fábricas prácticamente al mismo tiempo, de manera que a comienzos de 1886 ambas fábricas ya estaban construidas y los planes de apertura eran coincidentes; pero circunstancias ajenas a Ybor le impidieron comenzar la fabricación el día previsto, que era el 26 de marzo de 1886. Se piensa que una de las causas fue que la hoja que llegó de Cayo Hueso estaba sin despalillar, lo que retrasaría el proceso; la segunda fue el problema laboral que tuvo con los torcedores cubanos, siempre con cierto resentimiento hacia España, no querían estar a las órdenes de un capataz español recién contratado.
Aunque la ciudad se llamaría Ybor City, en honor a su principal industrial y valedor, Vicente Martínez Ybor, será la empresa Sanchez Haya Cigar Co. y su emblemática marca La Flor de Sánchez y Haya a quien le correspondió el honor de ser la primera en fabricar el primer cigarro "Clear Havana" manufacturado en la nueva ciudad tabaquera de Tampa, el 13 de abril de 1886, como consta en la placa que hoy conmemora tal acontecimiento (ver figura) con el siguiente texto:
« El primer cigarro tipo "Clear Havana" se fabricó en este lugar por Sanchez y Haya & Co. el 13 de abril de 1886. Fue registrada como la fábrica número 1 de Don Ignacio Haya y Don Serafín Sánchez como propietarios. El Superintendente de la fábrica era Laureano Sánchez. Al final de su primer año la fábrica produjo 500.000 cigarros al mes. Ignacio Haya y su marca Gold Label son fabricadas aún en Ybor City ».
Ybor City. Casas para obreros (*13) |
Ybor City, la segunda ciudad del cigarro de los Estados Unidos después de Cayo Hueso (cronológicamente hablando), se construía a pleno ritmo, ampliándose constantemente, y con ello aumentando la actividad industrial y comercial. Las buenas perspectivas atraían a inversores de todos los puntos de los EE.UU. que buscaban oportunidades para sus negocios. El pleno empleo atraía a la mano de obra: banqueros, comerciantes, artesanos, transportistas, funcionarios públicos, etc...
El 15 de Octubre de 1886, Ybor y su socio Manrara formaron la empresa Ybor Land & Improvement Co. (Sánchez & Haya formaría otra similar poco después). Estas empresas se usaron como instrumento de financiación para construir casas para obreros, edificios para negocios, oficinas y fábricas, posibilitando un efecto llamada para que otros industriales invirtiesen en Ybor City.
A finales de ese mismo año se habían construido un total de 176 casas (a una media de cuatro diarias), que eran vendidas a los trabajadores de sus fábricas entre 750 y 900 dólares.
El poblado obrero de Ybor City fue un proyecto ejemplar en los EE.UU. Las casas se proyectaban siguiendo un cuidadoso plan urbanístico en hileras, como los chalet actuales. Eran edificios de gran calidad, rodeados con cercas de madera pintadas de blanco, que daban una personalidad especial al barrio.
Naviera anunciando trayecto Mobile - Tampa - Key West - Habana. (*38) |
El 2 de Junio de 1887, Ybor City fue anexionado a la ciudad de Tampa, que apenas contaba en ese momento con 700 habitantes, a pesar de la enérgica oposición de Ybor y Manrara, y no era para menos pues habían invertido mucho dinero y esfuerzo en infraestructuras de todo tipo (calles, iluminación, aceras, etc).
En 1880, Tampa tenía 720 habitantes. Diez años después, en 1890, la población había aumentado a 5.532 (un crecimiento del 668%). Este enorme crecimiento planteó a Ybor graves problemas de todo tipo, que fue solucionando sobre la marcha: agua potable, salubridad, seguridad, salud (brotes de malaria y fiebre amarilla), educación, transporte, y un largo etc. En el aumento vertiginoso de la población de Tampa influyeron estas razones:
1.- Éxodo de cubanos de Cayo Hueso por desavenencias con empresarios españoles (ver caso de Seidenberg).
2.- Mejores condiciones de vida (vivienda a buen precio, buen salario, buen clima)
3.- Menor presión de las organizaciones obreras. Para el trabajador conservador, Tampa ofrecía una estabilidad que otros centros de cigarros carecían.
En 1905 las fábricas de Tampa produjeron unos 220 millones de puros, con una población que se acercaba a los 25.000 habitantes, que ascendía continuamente, pasando en 1910 a ser de 37.782, según el censo oficial de 1910. Dicho censo nos indica que hasta un 85% de los hombres estaban empleados directamente en la industria tabaquera mientras que el 15% restante se dedicaba a servicios. (32*)
En 1915 la producción de Tampa había aumentado a 285 millones de cigarros a pesar de la dura huelga general de 1910. En aquellos años, Tampa vivía prácticamente de la industria del cigarro, que representaba el 65% por ciento de los ingresos totales de la ciudad y el 75% por ciento de su nómina.
En 1920, después de innumerables huelgas, la "Ciudad del Cigarro más grande del mundo", como se la llegó a denominar, disfrutó de un breve periodo de crecimiento y tranquilidad. Así, en el periodo 1920-1929 llegaron a operar 250 grandes fábricas (190 de ellas en West Tampa) con una producción de cigarros que alcanzó su punto más álgido a alcanzar un record de 500 millones cigarros, curiosamente el año que comenzó la "Gran Depresión", que junto a los cambios que se estaban fraguando moverían los cimientos de la industria del tabaco en la próxima década.
Los negros y amenazantes nubarrones que se cernían sobre la industria del cigarro se manifestaron a partir de la irrupción de los cigarros fabricados a máquina. En 1929 la American Tobacco Co. logra lanzar la primera máquina torcedora realmente eficaz, capaz de producir cantidades importantes de puros hechos a máquina, dicha máquina fue patentada por Rufus Lenoir Patterson, presidente de la American Machine y Foundry Co. y vicepresidente de la ATC.
Si desea ampliar información sobre el Imperio Duke y la A.T.C., pulse este vínculo: El imperio tabaquero de Duke.
Era el principio de la decadencia de la industria del cigarro hecho a mano en los EEUU.
Hugh C. Macferlane, creador de la ciudad de West Tampa (*12) |
Macfarlane había llegado a Tampa en Marzo de 1884. Un año después entraba a formar parte como publicista en la recién creada Junta de Comercio de Tampa. Con una gran intuición y tomando cierto riesgo, entiende que es un buen momento para invertir en el desarrollo de la industria del cigarro de Tampa, dado la experiencia de Ybor City y la constante llegada de cubanos e inmigrantes españoles.
Su proyecto consistía en facilitar que los tabaqueros construyesen sus fábricas de cigarros allí, para lo cual les cedería el terreno gratuitamente. Así, el 27 de Noviembre de 1886, compra unas 60 Ha. de terrenos pantanosos al oeste del río Hillsborough por 2.000 dólares (seis meses antes se habían vendido por 120).
Los Hermanos Del Pino (Manuel y Fernando) fueron los primeros industriales en aceptar la tentadora oferta del proyecto de Macfarlane, trasladando su fábrica desde Cayo Hueso. El primer cigarro de West Tampa saldría de esta factoría, Del Pino Cigar Co., el 15 de Julio de 1892. Un año más tarde abandonaron la fábrica, quizás debido a la falta de infraestructuras, siendo ocupada por O'Halloran Cigar Co., también procedente de Cayo Hueso, propiedad de tres hermanos de origen cubano, Blas, Estanislaus e Ignacio Fernández O'Halloran. (*17)
Primera fábrica levantada en West Tampa, en 1892, por los Hnos. del Pino, después ocupada por O'Halloran Cigar Co. (*17) |
Uno de los muchos problemas que se encontró en la creación de su ciudad industrial fue el aislamiento de la zona, por lo que proyectó el desarrollo de vías de acceso que permitieran el tráfico de personas y mercancías al puerto y al ferrocarril, por lo que en 1891 comienza la construcción de un puente sobre el río Hillsborough, que sería finalizado en 1893.
A comienzos de 1896, cuarenta y dos empresas se habían trasladado a West Tampa, la mayoría procedentes de Cayo Hueso, aprovechando los bonos de financiación que ofrecía la Sociedad de Inversión Macfarlane Investment Company y las facilidades para la adquisición de terrenos que ofrecía la West Tampa Land Improvement Co.
El 18 de Mayo de 1895, West Tampa fue aceptada oficialmente como ciudad independiente; para entonces ya superaba a Ybor city en actividad tabaquera con 30 fábricas y 3.500 residentes, mientras que Ybor City contaba solo con 18. En 1900, West Tampa tenía censados 15.838 habitantes. La ciudad creció continuamente al abrigo de la industria del cigarro, llegando a tener un punto máximo, en 1925, con 190 fábricas. La ciudad ocupaba unos 26 Km2 y en ella se ubicaron nombres de fabricantes tan importantes como Bustillo Brothers, Antonio Santaella, Cuesta & Rey, Leopoldo Power, Lopéz & Hermanos, Celestino Vega, González, Fisher y Ca., Andrés Díaz, Pendas y Álvarez, Balbín y Hermanos, W.T. Morgan y un largo etc.
West Tampa se mantendría como municipio independiente hasta el 1 de enero de 1925, a diferencia de Ybor city que, en Mayo de 1887 fue absorbida por la ciudad de Tampa.
Las Huelgas en Tampa:
Aunque en menor medida que en otras ciudades como Nueva York o Cayo Hueso, Tampa no se libró de las huelgas que asolaron a todas las sociedades industrializadas del mundo.
1887.- La primera huelga de Tampa se inicia el 17 de enero de 1887, cuando los trabajadores exigen que el supervisor de la fábrica de Ybor, un tal Santos Benítez, sea suspendido de su cargo por haber despedido a un español solo por ser de esa nacionalidad. Benítez es despedido, pero entonces son los cubanos los que se ponen en huelga. Al final son despedidos y expulsados de la ciudad veinticinco trabajadores más, con lo que se pone fin a la huelga.
1899.- La llamada la "huelga de la pesa" duró 98 días y paralizó la mayoría de las fábricas de Tampa. Se desencadenó por la decisión de los propietarios de pesar el tabaco antes de ser entregado a los operarios cada día, y que fue considerado por éstos como una humillación intolerable. Hasta ese momento, cuando los tabaqueros de la fábrica necesitaban más rama para su trabajo, tomaban la que pensaban que iban a utilizar, sin más controles. La patronal, estimó que los tabaqueros tomaban más de lo necesario con el objetivo hacer cigarros fuera de la fábrica y así obtener ingresos extra, considerándose una especie de robo.
1900.- Esta huelga duró 42 días, y fue a consecuencia de la norma establecida por los propietarios sobre el derecho que tenían los operarios de hacer cada día tres cigarros llamados fumas para uso personal. Estos "fumas" deberían fabricarse obligatoriamente al final de la jornada diaria con los restos de tabaco sobrante y deberían tener una terminación especial en la cabeza para diferenciarlos de la producción habitual. Esta práctica era habitual en Cuba y desde allí se extendió a otros países, utilizándose aún hoy en día en muchas fábricas de cigarros hechos a mano.
1901.- Una primera fase de esta huelga fue provocada por la falta de interés en las reparaciones del puente sobre el rio Hillsborough y que llevaba cerrado durante varios meses. Este puente era la única vía de comunicación entre las ciudades de Tampa y West Tampa. Finalizado este episodio, pocos meses después, se produjo otra más larga y dura, motivada por la intención de algunos fabricantes de abrir sucursales de sus fábricas en las ciudades de Pensacola y Jacksonville. Duró desde agosto a noviembre de 1901 hasta producirse la capitulación de los obreros. El episodio más dramático fue el secuestro de los cabecillas, que fueron llevados y abandonados en una isla desierta de Honduras y sus familias expulsadas de la ciudad bajo amenaza de muerte.
1910.- Esta fue la 2ª huelga general en Tampa, que afectaría a la economía de la ciudad de forma muy dura. Los sindicatos, muy reforzados en número de afiliados, exigieron mejores salarios y el reconocimiento de sus organizaciones sindicales, pero los fabricantes no estaban dispuestos a reconocerlos. El enconamiento legó a límites insoportables: desórdenes, peleas, ajustes de cuentas, asesinatos y hasta linchamientos, tomándose la justicia por sus propias manos.
1920.- Con una duración de 10 meses e importantes pérdidas (caída de la producción de 53%), dicha huelga se convocó en protesta por el cierre de la contratación para los miembros de los sindicatos. Una vez más fabricantes recibieron el apoyo de casi todos los clubes cívicos y organizaciones en Tampa. Los defensores de la fabrica abierta salieron victoriosos, pero a un alto precio para todos.
La American Tobacco Company (A.T.C). (*5), (*6)
La aparición en la escena del gigante del tabaco norteamericano Washington Duke revolucionó el mercado del tabaco para cigarrillos. En 1890 crea la American
Tobacco Company, un gigante que agrupaba a las cinco principales empresas tabaqueras
norteamericanas de cigarrillos: Allen & Ginter (Richmond), Kinney Tabaco Co. (Nueva York), Washigton Duke, Sons & Co. (Durham y Nueva York), William S. Kimball & Co. (Rochester), Goodwin & Co. (Nueva York), y posteriormente se uniría otras como Marburg Bros, y Gail y Ax (ambas de Baltimore). Colocó al frente de la nueva empresa
a su hijo James Buchanan Duke (1856-1925) como presidente ejecutivo y a su otro hijo Benjamin Newton Duke (1855-1929) como vicepresidente.
Con ello conseguiría concentrar un enorme poder con el que manejará el mercado de los cigarrillos, controlando los precios, tanto de la compra de hoja de tabaco en rama como de la venta de cigarrillos. La empresa monopolizó el mercado con agentes sujetos a consignas y directrices muy claras para controlar los principales mercados, manipulando precios y obligando a los productores independientes o a las pequeñas fábricas a doblegarse a sus precios.
En poco tiempo, la falta de competencia forzó los precios del tabaco a la baja, en todas las clases y calidades; las pequeñas fábricas tuvieron que elegir entre cerrar o pasar a la clandestinidad, vendiendo su tabaco para pipa o para mascar en bares o tiendas de las localidades vecinas, de forma similar a los chinchales cubanos.
En junio de 1892, se constituyó una compañía que entraría en estrecha competencia con la ATC de Duke, la National Cigarette and Tobacco Company de Nueva York, que utilizaba la máquina de Elliott, que competía con la Bonsack de la ATC en la producción mecanizada de cigarrillos. Como la estrategia de Duke se basaba en el funcionamiento tipo monopolio, no podía consentir esta preocupante competencia, por lo que obligó a la Bonsack Co. a demandar a empresa constructora de la máquina Elliott por infracción de patente. El 12 de junio de 1894, el juez obligaba a la National a suspender sus operaciones. Sin embargo, continuó fabricando hasta que otro tribunal más inclinado a liberalizar la actividad industrial, revocó este dictamen y la máquina Elliott pudo seguir fabricando.
Con su política claramente monopolística, la ATC se haría con el control de gran parte de las pequeñas empresas de tabaco (de fumar y de mascar) de los EE.UU. para, en 1906, controlar las 4/5 partes de la industria del tabaco de todo el país. Pero cosa muy distinta fue el mercado de manufactura de los cigarros puros, donde la mecanización aún no había llegado y Cuba era el líder, sin género de dudas.
En 1929 la ATC logra lanzar la primera máquina torcedora realmente eficaz, capaz de producir cantidades importantes de puros hechos a máquina. En realidad los Duke nunca perdieron la esperanza de conseguir una máquina torcedora para cigarros; tuvieron que esperar bastantes años, pero al final lo consiguieron, y además con un éxito importante, similar al obtenido en la mecanización de los cigarrillos con la máquina Bonsac. La persona que logró perfeccionar la máquina torcedora fue Rufus Lenoir Patterson, presidente de la American Machine y Foundry Co. de la ATC.
Si desea ampliar información sobre el Imperio Duke y la A.T.C., pulse este vínculo: El imperio tabaquero de Duke.
En la década de 1920, a pesar del crecimiento que se produjo finalizada la primera guerra mundial, se estaban fraguando grandes cambios que iban a asestar una herida mortal a la industria del cigarro hecho a mano de los EE.UU a partir de la década siguiente (1930).
Las causas que amenazaban y la industria del "clear havana" eran múltiples y globalizadas, pero algunas eran de indudable calado:
Desaparecidos del mercado, por muerte natural, el andullo y el rapé y con la picadura en clara decadencia, la única competencia al popular cigarrillo era el tabaco torcido, que se mantenía como lujo y distinción, pero con un mercado mucho más limitado. El consumo de cigarros manufacturados fue cayendo sin pausa, sustituido por los cigarros hechos a máquina, más baratos y más higiénicos, siempre contando con el apoyo de la todopoderosa maquinaria propagandística de los grandes trust. Los "Clear Havana" se van quedando como un producto de lujo, refugio para fumadores exquisitos.
Tanto Cayo Hueso como Tampa vivían de la industria del cigarro hecho a mano y de su indiscutible prestigio internacional, pero a raíz de la "Gran Depresión" muchas personas tuvieron que dejar de consumirlos, convirtiéndose pronto en un artículo de lujo, limitándose a fumar cigarros de peor calidad o cambiar de hábito al cigarrillo, el enemigo número uno de la industria del cigarro de Tampa.
También contribuyó al declive la irrupción de productos novedosos como los cigarros Cremo, del fabricante Fring Brother (Filadelfia) que, precedidos de una agresiva e intensa propaganda, tendrían un gran éxito de ventas. Su mensaje al fumador fue de ataque a los cigarros artesanales, asegurando que resultaban más sanos e higiénicos, para lo cual iban protegidos con papel celofán. Fue famosa su campaña anti-escupir con consignas como: "Escupir es una palabra horrible, pero es peor en la punta de su cigarro".
Otro producto novedoso fue
el cigarro Tampa Nugget, dirigido al mercado femenino, que era un pequeño cigarro puro con boquilla de madera, del fabricante Hav-A-Tampa Cigar Co.
Todas estas amenazas se irían cumpliendo. A la postre resultaron devastadoras, y supusieron el rápido y definitivo declive de la industria del cigarro hecho a mano en los EE.UU. La caída no cesaría hasta su práctica desaparición. Para hacernos una idea somera del descalabro, un ejemplo: En Tampa, de las 250 grandes fábricas que funcionaban a principios de la década de 1920, tan solo quedarían 18 en 1949, la mayoría de ellas usando procesos totalmente mecanizados.
La decadencia y el abandono.
En Tampa.- A partir de la década de 1940, la ciudad de Tampa tuvo que asistir impotente la huida de gran parte de los trabajadores de su industria tabaquera hacia las grandes ciudades del Norte (Nueva York, Chicago, etc.) dado el desempleo y la caída en picado de los salarios. Muchas de las grandes fábricas de cigarros habían cerrado o trabajaban a duras penas, siendo sustituidas por pequeñas fabricas o chinchales que resistían como podían la crisis. La sólida base económica en la que se había basado el desarrollo y la prosperidad de Tampa se estaba destruyendo.
En el ámbito social, los grupos étnicos que habían proporcionado vida, equilibrio y pluralidad a la ciudad optaron por americanizarse culturalmente, lo que significó la extinción étnica de las comunidades latinas. El crimen organizado, que se había extendido durante la depresión, siguió aumentando con la proliferación de casinos y casas de juego que tenían su conexión con otros en La Habana.
Ybor City Museum State Park, ubicado en una antigua panadería, enseña la historia de la ciudad del cigarro. |
A mediados de la década de 1950, Ybor City y West Tampa eran unas barriadas urbanas olvidadas con viejas estructuras industriales abandonadas, por lo que quedan como ciudades fantasma. Dado lo céntrico de la zona y la posibilidad de hacer negocio con los terrenos, a partir de 1965 se inicia un plan llamado de "renovación urbana", que derriba gran parte de los edificios y deja devastado el barrio, provocando el cierre de las pocas fábricas de cigarros que aún continuaban operando. Quedó una suerte de ghetto solitario y aislado, con un alto nivel de delincuencia; un problema para las autoridades locales de Tampa.
En 1974, se había tocado fondo y las autoridades se ven obligadas a tomar conciencia del problema. Comienza la puesta en valor de los lugares históricos de la ciudad de Tampa que quedaban en pie, que se incluyen en el Registro Nacional de Lugares Históricos, se reconoce el sitio de Ybor City como Distrito Histórico Nacional, asignándole el mérito y el respeto que se merece, y se crea el Museo de Ybor City (Ybor City Museum State Park), como un símbolo de la historia industrial de Tampa.
En Cayo Hueso. Allá por el año 1931, todas las grandes fábricas de cigarros se encontraban cerradas.
En la actualidad, la influencia cubana es patente y claramente visible, sobre todo en comercios para turistas (restaurantes, cafeterías, etc). En cuanto a actividades relativas al cigarro está aumentando rápidamente. Hay lugares (pocos) que aún siguen hacen los cigarros en la forma tradicional aunque algunos no juegan limpio y los traen importados de otros lugares.
Paseando por las calles del casco antiguo de Cayo Hueso aun se pueden ver algunas de estos pequeños talleres que siguen enrollando cigarros a mano, siguiendo las mas antiguas tradiciones. Confiemos que no se llegue a perder el oficio.
En líneas generales, podríamos afirmar que la industria del cigarro hecho a mano de Florida se limita, en la actualidad, a pequeños talleres artesanos que trabajan exclusivamente para tiendas de minoristas que venden sus productos principalmente a turistas en los cascos históricos de las principales ciudades del estado.
ALGUNOS DE LOS PRINCIPALES FABRICANTES DE CIGARROS.Cientos de grandes fábricas de cigarros en ese país tienen apellidos españoles, y detrás de cada uno de ellos se esconde la historia de trabajadores humildes, que aprendieron el oficio de torcedor en Cuba y después emigraron a la nueva y prometedora nación norteamericana, huyendo de la guerra y buscando mejorar sus condiciones de vida. Como suele suceder, unos pocos triunfarían, pasando en pocos años de aprendices a empresarios de éxito, mientras que otros tendrían que conformarse con tener un buen trabajo, bien remunerado, en un pais en plena expansión económica y lleno de oportunidades.
Al tratarse de un número muy elevado de personas, me limitaré a hablar sobre aquellos de origen español, en primer lugar por su importancia y en segundo lugar porque tengo la esperanza, desde estas líneas, de contribuir a sacarlos de un olvido injustificado en la tierra que los vió nacer. Allí, en los EE.UU, en el lugar donde levantaron sus fábricas, se les ha valorado y reconocido su importante contribución al desarrollo del país. Les han erigido monumentos, se ha dado su nombre a sus calles, incluso a barrios enteros, se han conservado sus fábricas, protegidas desde hace décadas como monumentos históricos y se han creado museos y promocionado rutas turísticas sobre la industria del cigarro, entre otras cosas.
Como veremos, era bastante común que unieran sus intereses económicos y lo mejor de sus capacidades profesionales para formar sociedades, normalmente de dos personas.
Así tenemos nombres y parejas de nombres como:
Vicente Martínez Ibor y Eduardo Manrara (Ybor & Manrara Co.)
Ignacio Sanchez e Ignacio Haya (Sanchez & Haya Co.)
Angel Cuesta y Peregrino Rey (Cuesta-Rey Co.)
Isidro Pendas y Miguel Álvarez (Pendas & Alvarez Co.)
Faustino Lozano e Isidro Pendas (Lozano & Pendas Co.)
Manuel Corral (Corral & Wodisca Co.)
Antonio Santaella, (Santaella & Hamburguer)
Del Pino (los hermanos Manuel y Fernando)
Faustino Lozano (Lozano Bros.)
Todos ellos y muchos más fueron pioneros y forjadores de aquella gran industria del cigarro hecho a mano en los Estados Unidos de América, y aunque no tuvieron el imponente prestigio internacional del tabaco cubano, y por tanto no pueden ser comparados con aquellos grandes tabaqueros que triunfaron en Cuba, los universalmente famosos Partagás, Cifuentes, Allones, Murías, Alonso, Bances, Valle, Cabañas, Rabel o Cueto, llegarían a fabricar sus cigarros "clear Havana" de una gran calidad, pues como buenos expertos tabaqueros formados en la misma Cuba, compraban su hoja y la elaboraban a precios más competitivos, por lo que su éxito estaba garantizado.
Vicente Martínez Ibor (*13) |
Vicente Martínez Ybor.
Nació en Valencia, el 17 de Septiembre de 1818. A los catorce años, embarca con toda su familia, hacia la floreciente Cuba.
En 1835 se inicia como corredor en el lucrativo negocio del tabaco, vendiendo excedentes de cigarros en el comercio local y en 1848, contrae matrimonio con la cubana Bernarda Learas.
En 1854, ya había logrado amasar una gran fortuna, lo que le permite establecer su propia fabrica de tabacos, con una producción diaria de unos 20.000 cigarros de su primera y más conocida marca, El Príncipe de Gales. La calidad de sus cigarros fue abalada por premios o medallas las exposiciones de Tabaco de La Habana (1852), y de nuevo en la de París (1855 y 1867), Londres (1862), etc...
En 1862 fallece su primera esposa y en 1866, vuelve a contraer matrimonio con Mercedes Revilla, de familia acaudalada, que refuerza su posición financiera.
La políticas económicas del gobierno español en Cuba coloca a los empresarios ante el dilema de elegir entre el acatamiento de las rigurosas medidas o ayudar secretamente a los separatistas, esperando su victoria. Alertadas las autoridades cubanas sobre sus actividades secretas, deciden ordenar su detención, pero es avisado y debe huir apresuradamente, dirigiéndose a Cayo Hueso (Florida).
En 1868 establece allí su fábrica de cigarros El Príncipe de Gales, siguiendo los consejos de su asesor financiero, Eduardo Manrara, al que había conocido en La Habana y que poco después nombraría socio de la empresa.
En 1874 venden parte de su negocio y se trasladan a Nueva York donde pensaban potenciar sus contactos con agentes y fabricantes. Comienzan la construcción de una fábrica moderna, El Coloso, pero sus planes se quebrarían a raíz de la devastadora huelga de 1877.
En 1878, coincidiendo con el fin de la guerra en Cuba, decide finalizar su aventura neoyorquina y regresar a Cayo Hueso.
Hasta 1885, la fábrica El Príncipe de Gales, había funcionado a pleno rendimiento. Ybor había invertido mucho dinero y no tenía intención de abandonarla, pero las cosas iban a cambiar a raíz de la virulenta huelga de 1885 y del devastador incendio que meses después arrasó gran parte de la zona industrial de Cayo Hueso, incluida su fábrica.
Todo ello le decidieron a trasladarse a la vecina ciudad de Tampa, el 5 de octubre de 1885, convirtiéndose en el principal creador la ciudad del cigarro de Tampa.
La dotaría de las infraestructuras necesarias, atrayendo la inversión de otros industriales tabaqueros, lo que le convirtió en el verdadero artífice de la riqueza de esta ciudad.
A finales de 1886, se habían construido un total de 176 casas para trabajadores (a una media de cuatro diarias), siguiendo un cuidadoso plan urbanístico. Fue un proyecto ejemplar en los EE.UU.
Vicente Martínez Ybor fallece el 14 de diciembre de 1896, a los 78 años, en su residencia de Tampa.
Su carácter conciliador y paternalista, cercano a sus empleados, a la vez visionario, intuitivo y sagaz para los negocios, combinó a la perfección con la profesionalidad y pragmatismo de su socio, Manrara. Ambos dirigieron la empresa con gran eficacia, dando continuidad a la calidad y prestigio que siempre atesoró la marca El Príncipe de Gales, desde su fundación.
Eduardo Manrara. (*13) |
Eduardo Manrara PadrÓn.
Descendiente de españoles, nació el 3 de agosto de 1842 en Santa María del Puerto del Príncipe (Cuba), hoy ciudad de Camagüey. Conoció a Ibor en la Habana, donde trabajaba como empleado de banca, cuando éste ya era uno de los mayores fabricantes de habanos de la isla.
La gran intuición de Ibor, le permite adivinar su preparación, talento y futuro como financiero, e inmediatamente lo contrata para sus negocios y poco después lo nombra socio de la compañía Ybor and Company junto a su hijo Eduardo.
Manrara fue el cerebro en la sombra de la compañía de Ybor. Hombre frio y eficaz para los negocios, tenía una excelente preparación y su bilinguismo le permitía comunicarse adecuadamente con los estadounidenses.
Después de la muerte de Ybor, Eduardo Manrara quedó como único propietario de la empresa.
Continuó invirtiendo en Tampa y desarrollando Ybor City, fusionó las empresas V. Martinez Ybor & Co. y Ybor-Manrara Co., que funcionaron hasta 1899, momento en que todos sus negocios tabaqueros fueron absorvidos por Havana-American Company, un trust que aglutinaba a diez grandes empresas del cigarro, designando a Manrara como vicepresidente de la corporación. Estos grandes trust de empresas tenían ventajas sobre las empresas más pequeñas debido a su gran potencial económico y porque tenía la fuerza suficiente para no permitir que los miembros sindicales fueran empleados en sus fábricas, evitando en lo posible los conflictos laborales.
Ignacio Haya. (*13) |
Ignacio Haya.
Nació en Santander, el 8 de diciembre de 1842. A los 16 años dejó su patria con destino a Cuba, donde comenzó a trabajar de aprendiz en una fábrica de cigarros. Al comienzo de la primera Guerra de Independencia cubana (1868-1878), salió de la Habana con destino a Nueva York. Allí conocería al que sería su socio y amigo, el también español Serafín Sánchez. Ambos fundarán la empresa Sánchez, Haya Co., siendo su marca principal La Flor de Sánchez y Haya, que eligió la imagen de la famosa actriz Fanny Davenport como el icono de gran parte de las etiquetas y vitolas de su marca.
En uno de sus viajes a Cayo Hueso para visitar a su amigo Vicente Martínez Ybor, se fraguó la decisión de trasladar sus fábricas a la cercana localidad de Tampa.
Fábrica de Sanchez & Haya, de 1908. (*13) |
El 3 de noviembre de 1885, Ignacio Haya comenzó a construir su fábrica de cigarros.
Aunque ambos construyeron sus fábricas casi al mismo tiempo, y la ciudad finalmente se llamaría Ybor City, en honor a su principal industrial y valedor, Vicente Martínez Ybor, sería la fábrica Sanchez, Haya Cigar Co. quien tendría el orgullo de ser la que manufacturó el primer cigarro "clear Havana" en la nueva ciudad tabaquera de Tampa, el 13 de abril de 1886.
En 1908, contruirían una nueva fábrica de cigarros, más grande, moderna y segura, con una extensión de cerca de 4.000 m2, ubicada en 2311 North 18th street.
La empresa Sanchez & Haya siempre tuvo gran deferencia y especial atención a los españoles de sus fábricas y negocios, al igual que Ybor lo hizo con sus empleados cubanos.
Espectacular vitola gigante marca La Flor de Sanchez y Haya, con texto: Factoría nº 1 de Tampa. (*27) |
Al igual que hicieron Ybor y Manrara, también Sanchez y Haya invirtieron en el negocio de bienes raíces a través de la empresa Sánchez & Haya Real Estate Co., imprescindible para que Tampa (Ybor City) se pudiese desarrollar adecuadamente, dotándola de las infraestructuras necesarias para atraer a otros fabricantes de cigarros a su ciudad.
Fue fundador y patrocinador del Centro Español de Tampa, junto al también tabaquero y asturiano, Enrique Pendas.
Presidió el centro desde su fundación, en 1891, hasta su fallecimiento, acaecido el 10 de mayo 1906, a los 64 años. Sus restos descansan en cementerio de Myrtle Hill, junto con los de su esposa, Fannie.
Serafín Sanchez. (*13) |
SERAFÍN SÁNCHEZ
El socio y fiel amigo de Ignacio Haya, nació en 1839 en la ciudad de Villaviciosa (Asturias, España). LLegó a Nueva York con 21 años y allí conoció a Ignacio Haya. Poco después, fundarían la sociedad Sanchez & Haya Co.
Desempeñó un papel clave en las negociaciones con la Junta de Comercio de Tampa el 15 de julio de 1885, que fructificaron en la arriesgada decisión de Ybor y Haya de invertir en Tampa, trasladando sus fábricas a la nueva zona industrial.
Su gran preparación, ámplios conocimientos y dominio del inglés, junto a sus habilidades de negociación, le convirtirían en el verdadero artífice del éxito de la compañía.
Serafín Sánchez falleció en su mansión neoyorquina el 20 de abril de 1894, a los 55 años.
EDUARDO HIDALGO GATO.-
Nació en Santiago de las Vegas (Cuba) el 6 de octubre de 1845 (*n4). A los ocho años dejó la casa de sus padres para buscar trabajo en La Habana, donde trabajó de aprendiz en un taller de manufactura de cigarros. En 1869, huyó de la isla acusado de ayudar a los revolucionarios y partió con destino a Nueva York, donde trabajó como torcedor hasta el momento en que decidió establecerse por su cuenta en un pequeño taller de manufactura de cigarros. Debió ser en 1871 pues es el año que figura en sus vitolas como inicio de su actividad como fabricante.
En 1874 trasladó su fabricación de cigarros a la ciudad de Cayo Hueso, siendo considerado como el primer fabricante de cigarros de origen cubano en el Cayo.
Gato tenía muy claro que para triunfar necesitaba los mejores torcedores, con experiencia de años de trabajo en Cuba, y para atraerlos, proyectó construir junto a su fábrica un pequeño pueblo de casas (unas cuarenta en total) que alquiló a sus trabajadores.
Su famosa "ciudad de obreros", conocida como Gatoville, contó con las infraestructuras necesarias (línea de tranvía, calles, comercios, escuelas, etc) y sería una de las primeras experiencias de ese tipo en los EE.UU.
La primera fábrica de E.H. Gato en Cayo Hueso, se construyó en 1884. Era un edificio de madera de tres pisos, que en 1894 albergaba cerca de 500 operarios que fabricaban un promedio de 70.000 cigarros al día y que fue destruida por un incendio en 1915.
La segunda fábrica se inauguró en 1920 y sería una de las mayores de Cayo Hueso.
En 1882, su hijo Gabriel abrió una fábrica en la ciudad de Jacksonville llamada El Modelo, para tener repartidas sus fábricas en distintas ubicaciones.
Sus marcas de cigarros más populares fueron Mi Preferida y La Estrella. Ya mayor, se retiró a su isla natal, Cuba, y donó una de sus lujosas mansiones de cayo Hueso, para que se ubicase en ella un hospital, el Mercedes Hospital, en honor a su esposa, que
funcionó desde 1911 a 1944.
Angel Cuesta (izq.) y Peregrino Rey (dcha.), luciendo la Cruz de Isabel la Católica. (*13) |
CUESTa-REY & Co. (*26)
La empresa Cuesta-Rey Cigar Company se fundó en abril de 1896, cuando dos viejos amigos y expertos fabricantes de cigarros de Atlanta, ambos de origen español, unieron sus intereses para instalarse en West Tampa. Estos emprendedores españoles eran Ángel Cuesta y Peregrino Rey.
Ángel Cuesta, nació el 21 de diciembre de 1858 en la localidad asturiana de Panes. Emigró a Cuba muy joven para trabajar de aprendiz en una fábrica de cigarros hasta que volvió a emigrar a los EE.UU. En 1883 abrió una fábrica de cigarros en Atlanta que rápidamente tuvo un gran éxito.
En 1893 trasladó su fábrica al puerto de Tampa.
Peregrino Rey, nació en Galicia en 1863. Como Cuesta, emigró muy joven a Cuba para trabajar de aprendiz en la elaboración de cigarros y en 1879, se trasladó a Atlanta para trabajar bajo las órdenes de Ángel Cuesta, que pronto llegarían a ser amigos y socios.
En 1893, se separan. Rey se queda en Atlanta y Cuesta se traslada a Tampa, donde trabaja solo, pero unos pocos años despés unirán sus intereses en la sociedad Cuesta, Rey Cigar Co. abriendo una fábrica en West Tampa.
Son nombrados proveedores oficiales de la Corte de España, y se les concede la Cruz de Isabel La Católica.
La compañía continuó su fabricando cigarros, superando tiempos difíciles, hasta que fue adquirida por J. Newman y Standar Cigar Co.
en 1959
Sus principales marcas fueron: Ponce de León, La Favorita de Tampa, La Flor de Cuesta Rey, La Unica, Primo del Rey, Court-Land, El Dedicado y El Aclo, Rey del Mundo y Flor de Allones.
La segunda fábrica de Perfecto García en Tampa, inaugurada en 1917. (*13) |
perfecto garcÍa. (*24), (*28), (*29)
La firma de fabricantes de cigarros Perfecto García Co. se creó, a principios del siglo XX, por cuatro hermanos asturianos que elaboraban cigarros puros hechos con excelente hoja de tabaco cubano, y cultivaban sus vegas de Cuba. Fabricaban cigarros "Clear Havana" en Ybor City (Tampa) y los vendían en una red de almacenes de su propiedad en la ciudad de Chicago.
En algún momento, uno de ellos regresó a España, dos se quedaron en Chicago al cuidado de sus negocios y Perfecto, el restante, abrió una fábrica de cigarros finos en Ybor City, que fue arrasada en el gran incendio de 1905.
En 1917 levantó su gran factoría tal y como hoy la conocemos, de tres plantas con sótano, y la típica fachada de ladrillo, que llegó a emplear a 1.200 operarios y a elaborar hasta 65 vitolas o formatos de cigarro distintos.
Una vez llegado al poder el dictador Fidel Castro, e impuesto el embargo a la isla, Perfecto García tuvo que reducir drásticamente su producción, hasta que se vió obligado a vender su negocio a la Havana Cigar Corp., la cual continuó fabricando cigarros en su fábrica, pero incorporando procesos de producción totalmente mecanizados, para lo cual trajeron la maquinaria más moderna, llegando a fabricar unos 60.000 cigarros al día.
Dos vitolas de Perfecto García (*5) |
En 1981, todos los negocios tabaqueros de Perfecto García, incluida su fábrica de Tampa, fueron de nuevo vendidos a United States Tobacco UST, miembro de Havana Cigar Corp. Un año después se llevaron toda la fabricación de la firma a Pensilvania, lo que demostró que la operación se había hecho por el mero interés del prestigio de la marca. En ese momento, apenas quedaban 70 operarios.
En 1999, Arango Cigar Co. quedó como importador y distribuidor exclusivo los cigarros de Perfecto García, que ahora se fabrican en Nicaragua a mano.
Perfecto García fue considerado como uno de los cigarros de más alta calidad fabricados en ese momento. Sus vitolas iban garantizadas normalmente con la propia denominación de la empresa, Perfecto García & Bros. Tampa Fla., usando a veces marcas menos conocidas, como Perla del Mar.
JosÉ Lovera. (*24)
Este empresario tabaquero de origen español, comenzó su actividad en Cuba desde donde emigró a Nueva York, y allí comenzó a fabricar sus cigarros clear Havana. Al abrigo del auge tabaquero de Tampa, se trasladó allí siendo gerente de la fábrica Gonzalez, Mora & Co.
En 1902 compró una fabrica de cigarros que databa de 1888 y que había sido levantada para la compañía R. Monné y Bro. Compañía, cuyos propietarios eran Evaristo y Robert Monné, cuya marca más popular fue El Recurso.
La fábrica, que ocupa la esquina noreste entre Palm Avenue y la calle 19, es una de los pocas construidas en madera que han llegado a nuestros días intactas. Cuando se inauguró era una de las más grandes del país, con 45.000 metros cuadrados de superficie y capacidad para 1.200 mesas de trabajo
José Lovera Co. fue absorvida en 1919 por la Consolidated Cigar Co. Posteriormente fue pasando de mano en mano comenzando por la sociedad Nordacs Cigar Co, que la ocupó en 1924 y la última por la Olivia Tobacco Co. desde 1960.
Su marca más popular fue La Flor de Lovera, fabricada por su empresa José Lovera Co. y ampliamente conocida por los vitólfilos por sus abundantes y vistosas vitolas con la figura de un águila heráldica.
Faustino Lozano (izq.). Isidro Pendas (drcha). (*13) |
LOZANO, PENDAS & Co. (*15), (*24), (*33), (*36)
Fue la primera empresa tabaquera en aceptar la invitación de invertir en Ybor City, después de Ybor y Haya.
Su estrategia consistía en trasladar a Tampa su fábrica de cigarros, dejando allí solo las oficinas y la representación comercial. La tercera fábrica de cigarros más antigua de la ciudad de Tampa se inauguró en 1889 y contaba con una cuidada y moderna estructura de tres pisos que serviría de modelo para otras que pronto llegarían. Construyó un ramal del recien inaugurado ferrocarril, que llegaría hasta las mismas puertas de la fábrica.
En algún momento, la fábrica debió pasar a la sociedad Pendas & Álvarez Cigar Co., empresa fundada en 1867 por el asturiano Isidro (Ysidro) Pendas, Miguel Alvarez y Faustino Lozano, con negocios tabaqueros en Tampa, Nueva York y Cuba.
1909 abrieron en West Tampa una gran fábrica que daba empleo a 700 operarios, que absorvió a la de Lozano, Pendas & Co. LLegó a ser una de las fábricas más importantes de Tampa, con sus marcas La Mia, Farraguts y Flor de Y. Pendas, entre muchas otras.
Fábrica F.Lozano & Son Co. en Tampa (*13) |
Enrique Pendas, sobrino de Isidro fue un personaje prestigioso de la vida social de Tampa. Se formó con los mejores profesores en Nueva York, aprendió el oficio en Cayo Hueso y a los veintidos años se incorporó a la recién inaugurada fábrica familiar de Lozano, Pendas & Co de Tampa. Gran defensor de todo lo español, fue fundador socio número uno y vicepresidente del Centro Español de Tampa fundado en 1891, aunque pronto lo abandonaría por graves discrepancias en cuanto a su funcionamiento y posicionamiento político.
Después del fallecimiento del socio Miguel Álvarez, la fábrica fue vendida a la firma de cigarros Webster, en 1921, quedándose con el edificio la firma tabaquera E. Regensburg and Sons
FAUSTINO C. LOZANO fundó la empresa de cigarros F. Lozano & Sons Co. en 1904, una vez retirado de los negocios tabaqueros su padre,
Faustino Lozano, que como vimos líneas atrás, era uno de los socios de Lozano-Pendas & Co.
Se asoció con A. Niztal, ex-gerente de González, Mora y Co. para crear la sociedad Lozano, Niztal Co.
En 1905 inauguró su fábrica de cigarros en Tampa, en la confluencia de la calle nº 21 con la 4ª Av., donde se elaboraban cigarros de las marcas La Flor de Lozano y Nistal & Co. La asociación con Nistal terminó en 1906, cuando Faustino, su padre y su hermano José decidieron concentrar sus intereses en su propia empresa familiar. F. Lozano & Sons Co. cerró sus puertas en 1923.
La fábrica fue cambiando de dueño, y así en 1924 vendieron todas sus marcas de cigarros a Morgan Cigar Co., Entre 1925 y 1928 estuvo en manos de Gradiaz, Annis & Co., y finalmente perteneció a M. Bustillo & Merriam Cigar Co. hasta 1941.
Vitolas marca Optimo con el retrato del fabricante: A. Santaella. (*27) |
ANTONIO SANTAELLA & Co. (*24), (*25)
De origen andaluz (Sevilla), se formó como tabaquero en Cuba, durante la década de 1870. En 1886 se trasladó a Chicago donde abrió su propia fábrica y allí encontró a otros tabaqueros que comenzaban esta aventura industrial, y en concreto al alemán Sol Hamburguer, que sería su socio.
Juntos reconstruirían su primera fábrica en Tampa, destruida tras el gran incendio que arrasó West Tampa en 1904. Esta fábrica llegó considerarse como la más grande de su tipo en el país, todo un testimonio del éxito de la industria del cigarro en Tampa.
Una edición del Tampa Morning Tribune describe la construcción de la factoría del siguiente modo: « Esta inmensa estructura ubicada en el 1906 de N. Armenia Av. (West Tampa) se encuentra en el mismo lugar donde estaba su antigua fábrica, consumida por el fuego, ocupará casi toda la manzana.
Será un edificio de cuatro,
plantas de ladrillo macizo y encarnará todos las cualidades de un moderno edificio industrial que dará trabajo a cerca de 800 operarios tabaqueros».
Santaella y Hamburger trabajaron como socios en proyectos tabaqueros desde que se conocieron en Chicago en 1886. Antes de invertir en Tampa, ya tenían fábricas en Key West.
Su nueva fábrica de West Tampa fue uno de los mayores y mejor dotados edificios industriales de la ciudad, construido especialmente para resistir los incendios, y para asegurarlo aún más, convenció a las autoridades de la ciudad para levantar una estación de bomberos justo detrás de su fábrica.
Fábrica de A. Santaella en West Tampa. (*13) |
Entre 1918 y 1919, las fábricas de Santaella Co. producían unos 45 millones cigarros. En 1946 abrieron otra fábrica en Clearwater, Florida.
Las principales marcas de Santaella & Co. son: Optimo (quizás la más conocida), Florida Girl, Flora Mia, Centropolis, Marquette Club, Reformador, y Flor de Cervera.
La compañía cerró sus puertas en 1950, siendo vendida en 1955 a Universal Cigar Corporation, que trasladaría su actividad a New Jersey en 1989, dejando de funcionar definitivamente como fábrica de cigarros. Hoy en día el edificio sigue en pié, bien conservado, usándose como almacén.
Vitolas marca Charles the Great. (*27) |
Salvador Rodriguez. (*24)
Este español, originario de Asturias (España), fue uno de los pioneros de la industria del cigarro "Clear Havana" en los Estados Unidos.
Como tantos otros españoles, aprendería el oficio de torcedor de cigarros puros en Cuba, después emigró a Nueva York huyendo de la guerra; allí, en 1871, estableció su primera fábrica de cigarros "Clear Havana", siendo por aquellos años, uno de primeros en fabricar ese tipo de cigarros en los EE.UU., a través de su recién creada empresa Salvador Rodriguez Cigar Co.
Se trasladó a Tampa donde, en 1891, comenzó a elaborar cigarros finos de la marca Charles the Great, que pronto lograrían un gran prestigio y éxito internacional. En 1903 levantó, en Tampa, una gran fábrica en la esquina suroeste, entre la 22 St. y la 3ª Av., aunque en algunos sitios se afirma que se construyó en 1895 para García & Co. y luego pasó a Salvador Rodríguez. El edificio tenía un diseño general similar a otras tantas fábricas de cigarros de la época, tres pisos en estilo neorenacimiento italiano.
Cuando esta fábrica se construyó era la fábrica de cigarros más sofisticada de la época. Por su interés, traduzco textualmente un artículo publicado a su inauguración por la revista especializada The Tobacco Leaf y que la describió así:
Fábrica "Charles the Great", construida para Salvador Rodríguez. (*13)
|
« La nueva fábrica de 110 x 50 metros tiene una estructura fundamentalmente de ladrillo, y consta de tres pisos y sótano abovedado totalmente independiente de la fábrica, construido enteramente de acero y cemento, que es usado como planta humefactora. Se accede a él a través de un corto vestíbulo asegurado con puertas de hierro a cada extremo del pasaje. En esta estancia, el tabaco se mantiene a una temperatura estable, y la humedad de la bóveda es tan satisfactoria como beneficiosa, si no más, igual que en los mejores almacenes de La Habana. »
La fábrica Charles the Great permaneció hasta 1952, que se vendió a la empresa Arturo Fuente Cigar Co., que hoy en día sigue usando el edificio como almacén para sus cigarros finos.
El edificio fabril construido por Salvador Rodríguez se mantiene en excelentes condiciones, y se le atribuye una gran importancia histórica, pues contribuye a la recuperación de la memoria nacional del Distrito Histórico Nacional de Ybor City, contando alrededor con un puñado de antiguas residencias de trabajadores de las fábricas de cigarros, restos de lo que fue el Barrio Latino asociado a Ybor City.
Bustillo Bros. & DÍaz Cigar Co. (*24)
Los hermanos Valentín y Felipe Bustillo y José M. Díaz, de origen español, llegaron a West Tampa en 1895, después de haber pasado, como todos, por Cuba donde aprendieron el oficio de tabaquero. Una vez en Tampa, se instalaron en un local situado entre Grace St. y la 13ª avenida. En 1902 se trasladaron a otra fábrica mayor, una de las más antiguas de West Tampa, que
tras su finalización, en mayo de 1902, tuvo una capacidad máxima para ubicar a 600 trabajadores.
El edificio, uno de los más antiguos y mejor conservados de West Tampa, es de ladrillo, de tres pisos, en estilo neorománico y se ubica en la esquina sureste de N. Albany Avenue y la calle Pine. Está rodeado de antiguas viviendas de trabajadores de la industria del cigarro.
Frente a esta fábrica, durante la huelga de 1910, fue herido gravemente el contable de la empresa, lo que motivó que dos italianos fueran acusados del atentado y poco después linchados por guardias.
En 1918, Bustillo Bros. & Díaz Co. se fusionó con Preferred Habana Cigar Company, trasladando su fabricación a Nueva York pero regresando en 1931 a West Tampa.
Finalmente, en 1953, la fábrica cerró definitivamente sus puertas, siendo ocupada por Antonio Cigar Co.
Algunas de sus marcas fueron: Henry The Fourth, Flor del Mundo, Mascarita, El
Sindicato, Virginia, y Alexander Humboldt.
GarcÍa & Vega. (*24)
Esta empresa fue fundada por los asturianos Alvaro García Longo y José Vega.
Álvaro García empezó de aprendiz en el oficio de tabaquero, seguramente en Cuba, trasladándose a Nueva York en 1882, donde creó la sociedad García & González Cigar Co.
Pronto se uniría a la sociedad José Vega, momento en que decidieron cambiar la denominación de la empresa a García & Vega.
En 1907 construyeron una nueva fábrica de cigarros en West Tampa, un típico edificio de tres pisos de ladrillo, ubicado en la
esquina noroeste de N. Armenia Av. y Kathleen St.
La dirección de la empresa conservó siempre la base familiar, de generación en generación, hasta que, en 1970, la fábrica fue vendida a Villazón & Co. Inc.
Hoy en día, el edificio se puede contemplar en buenas condiciones de conservaciónse y se sigue utilizando para el fin que fue creado, es decir, la fabricación de cigarros, por la empresa Olivia Cigar Co.
Sus principales marcas son: Perla Española, Flor de PF Carcaba y Ca., Eterna, Lucida, Álvaro García Longo, General Halleck, Flor de García y Vega, Sin Compasión, La Rosa De Mayo, Duquesita, El Mas Noble, y Faustino.
fuentes de informaciÓn.
(*1) Enciclopedia Virginia. A publication of Virginia Foundation for the Humanities
(*2) Tobacco in Virginia.
(*3) History of tobacco industry in Virginia from 1860 to 1894. Johns Hopkins University Studies in Historical and Political Science.
(*4) Acces Genealogy. A free Genealogy Resource. Tobacco in Colonial Virginia.
(*5) Inventions in the Tobacco Industry. James A. Bonsack . Museo de Historia de Carolina del Norte
(*6) NCpedia: American Tobacco Company by Barry McGee, 2006
(*7) Cayo Hueso y los tabaqueros cubanos. Revista A.V.E. nº 266 Pág. 14
(*8) Cigar City EE.UU. Autor: Loy Glenn Westfall
(*9) Key West y la Guerra de los Diez Años. Autor: Gerald E. Poyo:
(*10) Cubanos en KEY WEST - Dos siglos de tabaqueros a pescadores. Autor: M.Miriam Rodriguez Martin.
(*11) Tabaco en la periferia - El complejo agroindustrial cubano y su movimiento obrero 1860-1959. Autor: Jean Stubbs.
(*12) Erase una vez en Tampa... Auge y caída de la Industria del Tabaco en Tampa. Wallace Reyes Ph.D.
(*13) University of South Florida (special collections).
(*14) Don Vicente Martínez Ybor, the man and his empire:
Development of the Clear Havana Industry in Cuba in the nineteenth century. Autor: Loy Glenn Westfall.
(*15) http://www.examiner.com/article/ybor-city-cigar-factory-series-y-pendas-alvarez-factory
(*16) Ubicación de las factorías de cigarros en Tampa. Tampa's Cigar Factories.
(*17) The cigar that sparked a revolution (El cigarro que provocó una revolución).
(*18) Tampa Bay History. A centennial history of Ybor City. University of South Florida. 1985
(*19) Catálogo vitolfílico gráfico Tomo III. Vitolas de mujeres con marcas de los EE.UU. y Canadá (1ª parte). Página 12. Autores: F. Giménez Caballero, F. Rodrigo Quiralte y M.A. Martínez Orga.
(*20) Datos proporcionadas por el prestigioso coleccionista
y estudioso del tabaco norteamericano Tony Hyman.
(*21) Charles Santiago Peirce e Iberoamérica:
Pensamientos
sobre la ceguera cultural, y algunos apuntes sobre Key West. Rosa María Mayorga. http://www.unav.es/gep/IVPeirceArgentinaMayorga.html
(*22) Key West Historic Marker Tour.
(*23) Cigar Aficionado. A Key to History. A New Museum Recalls a Time When Key West Was Cigar Central.
(*24) Tampa's historic cigar factories: Making a case for preservation. Autor: Brian Koepnick.
(*25) The Story of A. Santaella Cigar Factory. The history of cigar city. The best of the best.
(*26) Cuesta-Rey History.
(*27) Colección del autor
(*28) Tampa Bay Magazine. Jul-Ago de 2005.
(*29) Ybor City Cigar Factory Series. Perfecto Garcia Brothers Factory.
(*30) Exploring Florida. Key West: Cigar Manufacturing. Key West: The Old and the New
(*31) Tobacco growing in the streets of Jamestown. From Robert K. Heimann, Tobacco and Americans (1960). Image courtesy of Library of Virginia Special Collections.
(*32) La emigración española a los Estados Unidos: Una aproximación desde los microdatos censales de 1910. Revista electrónica Geo Crítica / Scripta Nova. Universidad de Barcelona. 2005
(*33) Entrevista a Enrique Pendas. Library of Congress.
(*34) WLRN Miami South Florida. 10 Amazing Photos From Key West's Tourist-Free Past.
(*35) The Florida Historical Quarterly. Publicado por The Florida Historical Society y patrocinado por The University of Central Florida.
(*36) Acción española en Tampa. Sus instituciones, sus hombres, su industria y su comercio.
(*37) Mapa Político de los EE.UU. tomado de internet (http://www.freeworldmaps.net).
(*38) Cuba Ilustrated. Autor: J. C. Prince. 1893.
(*39) Blog sobre la Industria del cigarro en los EE.UU.: https://jaimemontilla.com/cigar-industry
NOTAS.
(*n1) A su llegada a los EE.UU., al igual que hicieron otros industriales de origen latino, cambió la letra "I" de su segundo apellido por una "Y" a "Ybor", debido al sonido más comercial y anglosajón.
(*n2) El motivo de llamar a estos cigarros "clear Havana" es discutible. La palabra clear en términos financieros significa compensar (impuestos o tasas) en una operación de compra-venta. Pero tambien es un adjetivo que referido al color, significa claro (poco oscuro).
(*n3) He encontrado datos contradictorios sobre la fecha de apertura de la fábrica de La Rosa Española, de Samuel Seidenberg, en Cayo Hueso, incluso sobre su figura.
(*n4) He encontrado notables discrepancias tanto en su fecha de nacimiento (1929, 1945 y 1947) como de su lugar de nacimiento (Santiago de Cuba o Santiago de las Vegas (Cuba), optando finalmente por poner la que aparece en la publicación "The Florida Historical Quaterly".(*35)
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