GRANDES TABAQUEROS. juan conill y pi.

LLegó a Cuba a finales de la década de 1820 procedente de su ciudad natal, Lloret de Mar.
En 1840 abre el primer almacén de tabaco en rama que hubo en La Habana, en la Plaza del Cristo, dedicándose básicamente a la exportación de este producto. (*5)
En febrero de 1836, contrajo matrimonio con Ramona Font Miranda que, aunque nacida en Cuba (Consolación del Sur), su familia era originaria de Calella de Mar, en el Maresme catalán. (*3)

Por aquellos años Conill ya era considerado uno de los más importantes comerciantes de tabaco en Vuelta Abajo y se había convertido en el pionero de la industria del tabaco en Cuba.
Su privilegiada posición le permitió introducir en los negocios a un buen número de emigrantes españoles llegados de cataluña, protegiéndoles y tutelando sus primeros pasos.
Se trata, sin lugar a dudas, de una figura de especial relevancia en el desarrollo de la industria tabaquera moderna en Cuba. Conill llegaría a ser una de las figuras más prominentes y prestigiosas del comercio habanero, interviniendo en pleitos, tasaciones e intermediaciones.

Fue un maestro en la transformación del tabaco y su elaboración, llegando a convertirse en el primer almacenista de la Isla, aprovechando la real cédula de 11 de abril de 1817 promulgada por Fernando VII por la que se derogaba el Estanco del Tabaco, que aunque duró apenas unos años (hasta el 1824). Conill mantuvo siempre importantes negocios con la Renta de Tabacos Española.

Además de almacenista de rama de tabaco, fue propietario de fincas para cultivo de hoja de tabaco y fabricante de cigarros bajo la marca Alianza, aunque no desdeñaba cualquier otra actividad de la que pudiera sacar provecho, como el azúcar, café, petróleo o abonos de guano. Fue también banquero, miembro de la Junta de Fomento, concejal del Ayuntamiento de La Habana, fundador de la refinería de petróleo de La Chorrera, y otros muchos negocios. Estaba muy bien relacionado con otros poderosos e influyentes personajes como los cántabros Manzanedo y Antonio López. 

Entre el 1860 y 1861, Juan Conill fue presidente de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Cataluña de La Habana. Esta entidad de ayuda social, considerada la más antigua del mundo, fue fundada en 1840 para ayudar a los emigrantes catalanes que no lograron hacer fortuna, sobre todo fue muy actica a raiz de la independencia de la isla en 1898.

El gran mérito de Conill fue ayudar a buen número de catalanes, iniciandolos en los negocios y tutelando sus primeros pasos. Nunca dudó en poner al servicio de estos prometedores jóvenes todos sus conocimientos y experiencias, pues además de concederles un trato paternal y generoso, les proporcionaba las mejores opciones para una buena relación, un prestigio y a veces una ayuda económica para que pudieran salir adelante con sus iniciativas. De la casa de Conill salieron personajes tan prestigiosos como: José Gener y Batet,  Prudencio Rabell, Roig,  Rivas, Jaime Partagás, etc.
Parece ser que este último adquirió los negocios tabaqueros de Conill contribuyendo al rápido crecimiento de la fábrica Partagás. (*5)

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FUENTES DE INFORMACIÓN (*)

(*1)    Revista A.V.E. nº 272 Páginas 7 a 14.  Incidencia catalana en el tabaco cubano.  Autor Santiago Godó Rodés, con la colaboración de Florencio Giménez Caballero en el diseño gráfico.
(*2)    Libro cien anillas de calidad en la litografía tabaquera. Autores: Florencio Giménez Caballero y Manuel López Rodríguez.
(*3)    Los últimos días de Jaime Partagás.  Autor: Miguel Sabater Reyes.
(*4)    Ayuntamiento de Lloret de Mar.
(*5)    La cultura del fum.  Ed. la Magrana, Barcelona 1998.  Autor: Xavier Febrés.

 

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