LA GESTIÓN DE LAS COLECCIONES DE ANILLAS |
La realización de estas tareas se ha de realizar adaptándolas a las características de cada colección, es decir, considerando aspectos como:
Obviamente, no es lo mismo la gestión necesaria para una gran colección de vitolas que la de una pequeña colección de unos pocos cientos. Tampoco será igual la atención necesaria para colecciones de similar tamaño pero una con vitolas de gran calidad y antigüedad y otra de vitolas modernas o de escasa antigüedad. De igual forma, tampoco será lo mismo partir de una colección desordenada, amontonada y mal conservada, etc... que de otra correctamente llevada.
Podemos afirmar que con la correcta gestión de nuestras colecciones lograremos un crecimiento ordenado y planificado acorde con nuestros objetivos y posibilidades, con la mejor relación "esfuerzo/beneficio". Ello nos permitirá disfrutar de nuestras vitolas en todo momento y poder legar esta maravillosa herencia a generaciones venideras en las mejores condiciones posibles.
Salvo excepciones, las vitolas eran, en el mejor caso, meros objetos curiosos, bellos, decorativos, que llamaban la atención. Por todo ello invitaban a juntarlas en cajitas, pegarlas sobre pequeños álbumes, diarios, libros, ceniceros, jarrones o cualquier otro soporte.
Como regla general, la valoración y consideración de las vitolas no debió ser demasiado alta ni se esperaba que algún día llegase a valorarse de forma significativa. Todo ello justificaría el poco cuidado en su conservación (salvo honrosas excepciones). De hecho la mayoría de las vitolas mejor conservadas provienen de los stocks de las propias fábricas tabaqueras, de restos de imprentas litográficas, de muestrarios de vitolas y de antiguos coleccionistas (vitólfilos pioneros) que supieron apreciar y conservar estas delicadas obras de arte hasta nuestros días.
Supongo que cada coleccionista debió fijar sus propias normas o costumbres sobre el cuidado o manipulación de sus vitolas, a menudo contrarias a la lógica que hoy preside la Vitolfília como coleccionismo normalizado y asentado.
Un ejemplo muy habitual fue la costumbre de recortar las anillas (bordes, alas, marginales, etc... para hacerlas simétricas, pues no les debían gustar los bordes blancos ni los espacios blancos de los extremos.
Respecto a la manera de colocarlas, había coleccionistas pulcros y cuidadosos (los menos) que despegaban las anillas con cuidado para no dañarlas y las sujetaban al papel del album introduciendo sus alas a través de pequeñas rajas que previamente habían hecho en el papel; algunos álbumes tenían las hendiduras previamente hechas de fábrica.
Otros fijaban las anillas mediante charnelas rudimentarias o caseras, difíciles de despegar.
Otros las desanillaban y despegaban sin cuidado,
las almacenaban en cajas provocando arrugas, las adherían al papel o a cualquier soporte con pegamentos poco apropiados que terminarían destruyendo la vitola irremediablemente, incluso con papel cello.
En la figura de la izquierda vemos que han utilizado un libro de texto de matemáticas para colocar las vitolas, curioso ejemplo.
En la figura de la derecha podemos contemplar el caso de un coleccionista de vitolas norteamericano, seguramente fumador de puros, que atesoró cuatro colecciones en sendos libritos o "hand books": una primera la suya y otras tres más, una por cada uno de sus hijos. En total cuatro libritos distintos fechados a lápiz en los años 1920s, llenos de antiguas anillas cubanas, mexicanas y norteamericanas de los años 20s y anteriores. Curiosamente cada colección reflejaba el carácter mas o menos cuidadoso y artístico de cada uno. Observando las vitolas, se daba el caso de que la misma anilla estaba prácticamente nueva en un libro y muy deteriorada y descuidada en otro. Esto nos confirma que cada coleccionista gestionaba su colección como creía conveniente dado la ausencia de normas ni reglas en los coleccionismos y así lo reflejan las colecciones antiguas que llegan ahora hasta nuestras manos.
LAS COLECCIONES DE ANILLAS HOY
En el coleccionismo moderno, las buenas prácticas en el manejo y cuidado de cualquier colección se hacen realmente imprescindibles y sin duda constituyen un factor crítico de
éxito en el normal desarrollo y crecimiento ordenado de nuestras colecciones de vitolas.
Tareas como la clasificación de nuestras piezas, su conservación y mantenimiento, su reparación, etc... son labores imprescindibles y que todos realizamos en mayor o menor medida. Algunas son sistemáticas y rutinarias. A veces hasta tediosas. Otras sin embargo se nos hacen mas agradables pues nos permiten, por ejemplo, volver a contemplar nuestra colección de forma placentera.
Elegir una correcta estrategia en la gestión de nuestras colecciones reducirá el riesgo de equivocarnos en cuestiones fundamentalescon consecuencias lamentables, que, en el mejor de los casos nos haría perder mucho tiempo y dinero. Por ejemplo, el descuido en aspectos relativos a la conservación y mantenimiento podría tener consecuencias realmente graves e irreversibles.
Como es lógico, nos convendrá apoyarnos en experiencias y consejos de compañeros coleccionistas expertos, que nos guiarán y orientarán en estos procedimientos, aunque, y como es lógico, siempre podremos incorporar otras ideas de nuestra propia cosecha.
Como siempre, recuerdo que quedo a vuestra disposición para cualquier rectificación o puntualización que sobre este tema o sobre cualquier otro queráis hacerme. Cualquier colaboración será siempre bienvenida.
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