GRANDES TABAQUEROS. manuel lÓpez fernÁndez y su MARCA "punch.".

Detalle de la portada de la primera revista inglesa PUNCH editada en 1841 en la que aparece el títere "punch" o polichinela ahorcando al diablo. (*3)

Lo único que se conoce con certeza del origen de esta antigua fábrica de cigarros cubana es que fue fundada por un emigrante de origen alemán allá por el año 1858, en la calle de las Figuras nº 20 de La Habana, por lo que puede considerarse como una de las más antiguas marcas cubanas conocidas. Algunas fuentes (*4) y (*7) lo sitúan en 1840, pero no justifican documentalmente el dato.

Otra certeza es el curioso origen de su nombre, Punch, que proviene sin duda del famoso títere británico Punch (personaje masculino de los famosos Punch y Judy).

Papeletas litográficas con la imagen icónica de la marca, el famoso títere "Punch". Arriba una de las primeras litografías de la marca impresa sobre 1860 (*2) y abajo otra más moderna ya de comienzos del siglo XX. (*6)

Estos personajes cómicos y satíricos, llamados genéricamente títeres de cachiporra, eran herederos del antiguo pulcinella italiano del siglo XVII y del polichinelle francés, conocido en España como polichinela.
En inglaterra, este teatro de marionetas se había convertido en un espectáculo popular que atacaba mordazmente a todo lo que se movía, y de ahí el éxito logrado por el semanario satírico británico del mismo nombre fundado en 1841 por Henry Mayhew y Mark Lemon, que tuvo un gran éxito sobre todo en sus primeros años, manteniéndosd hasta 1992, año en que la empresa propietaria en ese momento, United Newspapers Group, decidió su cierre por falta de rentabilidad. El 18 de septiembre de 1996 volvió a los quioscos de la mano de Mohamed al-Fayed pero en el 2002 volvió a cerrar definitivamente.

Pues bien, en 1858 nuestro personaje, hasta hoy desconocido, debió tomar este famoso punch o polichinela como nombre e imagen de su nueva marca cubana de cigarros PUNCH, que originariamente sería creada y dirigida específicamente para la exportación al mercado británico, y de ahí que se escogiera como emblema el famoso personaje inglés.

Hay que tener en cuenta que la estrategia comercial de las empresas en aquellos años pasaba por asociar una imagen icónica a sus productos, y para ello buscaban ávidamente personajes famosos, iconos mediáticos, imágenes de moda, reclamos impactantes, etc para plasmarlos después en vistosas etiquetas litográficas que acompañando a los productos. Con ello conseguían por una parte llamar la atención de los consumidores del mercado al que iban dirigidos, en este caso el británico y por otra garantizar y embellecer el producto, para lo cual se sirvieron del gran avance de la técnica litográfica puesta al servicio de la industria tabaquera.

Después de un rápido éxito de la marca durante sus primeros años de funcionamiento entró en declive, que llegado un momento obligó a su propietario a abandonar los negocios tabaqueros y retirarse a su país natal (Alemania) en 1865, vendiendo antes su fábrica y marca principal Punch al industrial del tabaco Luis Corujo, propietario de la antigua y prestigiosa fabrica de tabaco La sin par, trasladándose la producción de cigarros a la calle Gervasio, 138 entre Zanja y Salud, como figura en varias vistas litográficas que han llegado hasta nuestros días.

Vista litográfica de Manuel López (sociedad de Juan Valle y Cia.), una vez que la empresa fue adquirida en 1925 por F. Palicio y Cia, como se puede apreciar en su reverso. (*6)

En 1875, Luis Corujo se retira y vende su fábrica y sus marcas a otro industrial tabaquero, Buenaventura Parera, que al poco tiempo fallece repentinamente pasando a la propiedad del asturiano Fernando López Fernández, en representación de la firma Juan Valle y Cia.

Al amparo de Juan Valle se creó una sociedad presidida por su hermano Manuel Valle, también prestigioso tabaquero creador de la marca La Flor de Cuba.
Bajo dicha presidencia y ayudado por su suegro Juan Valle la fábrica Punch conoció sus mejores momentos convirtiéndose en una de las más importantes de Cuba.

Manuel López Fernández había llegado a la Habana en 1859 procedente de Asturias. Mediante su matrimonio con Concepción Valle, la hija de Juan Valle, había entrado a formar parte de la oligarquía tabaquera de La Habana, donde las sociedades, alianzas estratégicas y asociaciones de intereses económicos formaban parte del panorama social y político de la colonia española.
En 1898, pocos meses después del fallecimiento de Juan Valle acaecido el 6 de julio de 1897, se crea una nueva sociedad: López y Cia. S.A., y Manuel López aprovecha el momento para adquirir muchas de las propiedades de dicha sociedad, entre otras la marca Punch y su marca anexa Evidencia, registrada en 1895, trasladándose toda la producción a una nueva fábrica en la calle Rayo, 28-30 de La Habana.
Gran parte de la producción de la fábrica fue destinada a la exportación, sobre todo al Reino Unido y los EEUU, y en menor medida a Alemania, Francia, España, Rusia, Japón, etc... aunque ciertamente la marca Evidencia fue la abanderada en calidad y sofisticación, utilizando para sus cigarros hoja de tabaco elegida y de calidad superior, con la mejor presentación disponible gracias a los grandes avances en la industria litográfica del momento. Utilizaron etiquetas y vitolas producidas en la prestigiosa imprenta litográfica alemana Hermann Schött y testimonio de ello son las dos vistosas vitolas con retratos del emperador alemán Guillermo II, consideradas hoy como una de las 100 mejores anillas conocidas (*5).

En 1922 fallece Manuel López, y a partir de ese momento se suceden continuos cambios de propietario:

• Vitolas de la fábrica PUNCH. Arriba, Guillermo II marca Evidencia, joya de la vitolfília, con el marginal cortado, costumbre habitual en otros tiempos, quizás para dar simetría a la anilla. Abajo, Jorge V marca Punch algo más moderna. (*6)

  Ese mismo año de 1922 la fábrica pasa al heredero legal: Manuel Gómez Valle.
• En 1924 pasa a Esperanza Valle y Comas.
• En 1925 pasa a engrosar las marcas de cigarros englobadas en la sociedad Fernández Palicio y Cia., con domicilio en la calle Máximo Gómez, 51 de La Habana, que por aquellos años, en plena crisis tabaquera, estaba comprando numerosas fábricas de cigarros cubanas. Es de destacar que el dueño de esta importante sociedad no era otro que Fernando Palicio Argüelles, sobrino de Ramón Argüelles del Busto, a su vez socio y vicepresidente de la sociedad Rodríguez, Argüelles y Cia, ambos socios y propietarios de la marca Romeo y Julieta entre otras.
  En 1931, Palicio comprará otra prestigiosa fábrica cubana, la marca José Gener y su marca La Escepción.
• En 1960, el nuevo gobierno de Fidel Castro expropia la empresa a sus legítimos propietarios. Fernando Palicio huyó de Cuba a los EEUU (Florida), donde posteriormente venderá sus líneas de cigarros a la familia Villazón, que dió continuidad a las marcas Punch, Hoyo de Monterrey, y Belinda en sus fábricas de Tampa y Florida, manteniendo la línea clásica del cigarro puro cubano.
• En la actualidad, la marca Punch está representada por dos sociedades distintas: General Cigar. Procede de la venta de las marcas de Villazón y pertenece a Scandinavian Tobacco Group), con fábrica en Honduras y Habanos S.A.. Es subsidiaria de Cubatabaco, empresa estatal del monopolio del tabaco cubano.

 

FUENTES DE INFORMACIÓN (*)

(*1)     La Fábrica de tabacos Punch. Artículo de la revista AVE nº 345 P. 24 (enero-marzo 2012.  Autor: Florencio Giménez Caballero. 
(*2)     La Fábrica de tabacos Punch. Artículo de Florencio Giménez Caballero tomado de la revista de tabacos canaria CP House.
(*3)    Wikipedia.  Historia del semanario británico Punch
(*4)    Habana Tabacos. Historia del tabaco cubano. http://www.habana-tabacos.de/
(*5)    Cien anillas de calidad en la Litografía Tabaquera. Autores: Manuel López Rodríguez y Florencio Giménez Caballero. Pag. 135.
(*6)    Colección del autor.
(*7)    Wikipedia.  https://en.wikipedia.org/wiki/Punch_(cigar)

 

Contador de visitas a las páginas de "Grandes Tabaqueros".

333724

Contador de visitas a esta Web.

1040543